"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

sábado, 7 de julio de 2012

El leuro (I)


             Con la tradicional manía que tenemos la humanidad en general y los españoles en particular para concretar en animal, vegetal o cosa la causa de nuestros problemas (la Merkel”, “la pertinaz sequía”, “la burocracia”, “los políticos”, “la pérfida Albión”, “ZP”...) por fin hemos encontrado la causa de todos los quebrantos del solar patrio: “el euro”.

            Se está abriendo un debate (en la izquierda, la derecha no debate, impone, como bien se ve con el gobierno de Rajoy) sobre la posición a adoptar respecto de “la bicha”, digo, “el euro” y sobre si debemos de salirnos de la modestamente llamada “moneda única” o no. En este debate se llega a confundir los males propios de esa moneda (el euro) con los de la política monetaria que lleva aparejada, de forma que se puede caer en el error de que, eliminando el euro pero manteniendo la misma política monetaria, nuestros problemas se solucionarían y, a “sensu contrario” inferir que si mantenemos el euro pero cambiamos su política monetaria no habremos avanzado gran cosa. Ambas posiciones son equivocadas.

¿Cómo vino el euro al mundo (es decir aquí, a Madrid, digo a España)?

              El euro es la moneda que circula entre los países que alcanzan la Unión Monetaria Europea (U.M.E.), que implica el cumplimiento de unos parámetros presupuestarios con ignorancia absoluta de otras cuestiones (económicas y sociales) que pueden seguir “manga por hombro” sin que ningún portero de discoteca te niegue la entrada al recinto: una vez que te cambias los calcetines (cumples el nivel de endeudamiento y de déficit (y el de inflación que se exige a la entrada)) ya puedes entrar sin problemas a un local donde se mezclan skins, negros, ultras de diversos equipos, anarkas, kikos, abertzales, fachas... y dónde se espera que convivirán en perfecta armonía, sin agredirse ni aprovecharse los unos de los otros, por el simple hecho de que todos llevamos los calcetines del mismo color. ¡Ni siquiera un mísero arco detector de metales en la puerta!

          “Ejpaña” no podía quedar fuera del club. Aunque en ese momento Aznar hubiera fichado a la bruja Lola y hubiera visto el futuro, que es nuestro presente, no hubiera podido tomar otra decisión, porque en ese momento, para un país tradicionalmente aislado, acomplejado, con la idea implantada en su subconsciente de que “África comienza en los Pirineos”, haber dicho que no al euro, hubiera supuesto un desastre parecido al del 98. De hecho yo, con mi tradicional pesimismo, intuía una catástrofe parecida a la del la Guerra de Cuba, basada en la superstición de que a este país los fines de siglo le sientan bastante mal; agobio que se me pasó en cuánto vi las trampas que se hacían en éste y en otros países (Francia con la “externalización” de hospitales para que no computarán en el déficit, Alemania con otros servicios públicos, nosotros con la gestión de infraestructuras ferroviarias y con la prorrata de IVA en las subvenciones (copiada de los galos)...) para entrar en la discoteca, y cómo los porteros hacían la vista gorda hasta llegar a dejar entrar a Grecia que... ¡llevaba calcetines blancos!

        La facilidad de acceso a la moneda única unida al hecho de que haber quedado fuera era un quebranto psicológico insoportable para un país acomplejado como el nuestro, hizo imposible decir “no” con la valentía e inteligencia con la que, por ejemplo, actuaron los ingleses, y algunos otros países que por estar en el centro geográfico de Europa y vivir como dios, no afectaba a su condición de europeos plantarse.

2 comentarios:

  1. perdon pero yo no estoy acomplejado en nada... el que lo este es su problema...

    el euro es una porqueria yo no quiero ceder mi soberania monetaria a nadie¡¡

    es como si en tu casa mandara el vecino... que le pegen una patada al euro ya¡¡ pero ya¡¡

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  2. Europa y el euro son un kaos actualmente, eso esta claro.

    Lo que no me queda tan claro, es, que papel esta jugando el amigo americano en todo este desaguisado.

    Si bien es cierto que los europeos nos bastamos y sobramos nosotros solos para hundir nuestro "proyecto común" (usease neoliberalismo para todos), me gustaría saber que relación tienen de verdad la city y wall street en todo este marasmo financiero que recorre el viejo continente.

    Yo es que de natural, desconfió siempre de los anglo-sajones.

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