¿Hay alternativas en lo financiero?
Lo “financiero” es una parte de lo
económico, es el sistema circulatorio de la economía real. Pero
como quiera que el capitalismo no obtenía la tasa de ganancia
esperable por su capital (que por una serie de catastróficas
desdichas resulta ser decreciente) decidió empezar a alimentarse (en
ese apetito desmedido que ayer vimos que se conoce como la
“reproducción ampliada”) con su propia sangre (o más bien con
la de los demás): ¿Dónde se pueden conseguir tasas de rentabilidad
del 6, del 18, del 30 o 50%? Desde luego no fabricando productos,
operando a pacientes, comerciando con peluches, o haciendo
carreteras. Esas tasas de ganancia sólo se obtienen en un sitio: en
el casino: había, por tanto, que abandonar la vieja idea de aumentar
el capital lanzando al mercado una serie de bienes y servicios que
retornaban, una vez enajenados en más dinero del que se puso, y
crear un nuevo lugar donde lanzar capitales y retornarlos en mayor
cuantía: el “casino financiero” que por un lado permite apostar
fuerte prácticamente contra cualquier cosa (los seguros) o comerciar
con posiciones deudoras o acreedoras (créditos y deudas) generadas o
no en el tráfico mercantil. Y en esas estamos.
¿Hay alternativas? La verdad es que
veo también una pléyade de ideas, sugerencias, ocurrencias y
simplezas difíciles de digerir. Las “alternativas” también se
dividen en “remendonas” y “rupturistas”. Entre éstas últimas
las hay francamente divertidas como las que pretenden la desaparición
del dinero o el crédito sin más, quizá aplicando la misma receta
que, en medicina, aconseja al paciente con cáncer de sangre
desangrarlo para que siga viviendo. El dinero, el crédito, la letra
de cambio, el pago o cobro a futuro, los bancos y los prestamistas no
son instituciones capitalistas, y probablemente sean necesarias bajo
cualquier sistema económico, como no sea el de las primitivas
sociedades de cazadores-recolectoras. Lo que hay que hacer es
reconducir la economía financiera y someterla a la economía real:
si la economía real es el capitalismo habrá que someter al sector
financiero a las necesidades del capitalismo productivo, pero eso no
es suficiente.
Existen al menos dos aplicaciones que
el sector financiero tiene para el capitalismo productivo que también
son muy discutibles: el capitalismo productivo se ha basado, durante
décadas, en el sector financiero para engañar a los trabajadores
permitiéndoles adquirir un conjunto de bienes y servicios por encima
de sus salarios reales: de esa forma el empresario se ha ahorrado
costes salariales, pues nunca ha tenido que pagar al obrero la
cantidad necesaria para que este pudiera adquirir todos los productos
que sus “compis” (y él mismo) lanzaba al mercado. De esta falsa
ilusión de que el trabajador occidental era más rico que nunca, en
parte porque vive de prestado en parte porque las cosas están más
baratas porque se fabrican en régimen de esclavitud en el tercer
mundo, el sector financiero (no especulativo) es también
responsable.
En segundo lugar, el capitalismo
productivo entiende que los instrumentos financieros facilitan la
conversión del ahorro en inversión, de forma que se pueden,
mediante procesos de acumulación (los ahorros de muchos pequeños
pueden propiciar una gran inversión) y de desplazamiento (se puede
trasladar fácilmente los ahorros desde el domicilio del ahorrador
hasta el lugar dónde se necesita realizar la inversión) favorecer
el desarrollo económico. Pero se olvida que, con ello, se favorece
la acumulación del capital en menos manos (grandes inversores) y se
deslocaliza la financiación que acude a realizar las inversiones más
rentables que pueda haber en el mundo, desatendiendo la cercana menos
rentable en términos económicos aunque posiblemente más rentable
en términos sociales. El capitalista español, envuelto en la
“estanquera”, coloca su dinero en inversiones en Marruecos o en
Perú, en actividades con mayor rentabilidad, a despecho de los más
de cinco millones de desempleados, compatriotas suyos, a los sólos
efectos de corear en una fuente, “¡yo zoi, ejpañol, ejpañol,
ejpañol!”
La falsa solución de una alternativa
“sólo financiera” (banca pública, prohibición de operar a
corto, tasa Tobin...) a la situación económica actual muestra aquí
su cara más falaz: lo que falla no es “lo financiero”, es el
capitalismo, estúpido, el capitalismo.
Hola.
ResponderEliminarEn 1º lugar gracias por revelar la verdad ante la enorme cantidad de sandeces que debo escuchar diariamente en la TV.
Apoyo tu trabajo y desde no hace mucho me convertido en un asiduo seguidor.
Lo que precisamente me mosquea es eso, leer soluciones claras y contundentes aquí y en otros blogs de la misma índole y luego desengañarme al poner la p... tele!!! solución no verla si ya lo se, pero si divulgo la palabra me tachan de catastrofista.
A lo que yo pienso, que sigan recortando, que sigan recortando los salarios de las fuerzas que deberán frenarnos cuando el pueblo se levante!!