¡Krugman ha dicho que en España hay que bajar los salarios un 30%! ¡Krugman ha dicho que toda Europa saldrá de la crisis menos España!... Pero ¿de quien estamos hablando de Krugman (Paul) o de Krueger (Freddy).
Conviene saber qué es lo que realmente piensa el auténtico Premio Nobel sobre la crisis en España:
Krugman lleva diciendo desde que empezó la crisis que el problema de España, es el típico que siempre tiene este país: falta de competitividad (no quiere decir que seamos tontos sino que hacemos trabajos poco especializados (albañiles y camareros) o con escasos medios tecnológicos (100 personas barriendo a mano, mientras que en Alemania hay 1 con una máquina que barre 100 calles). Hasta ahora cuando pasaba esto España ajustaba el tipo de cambio: devaluaba la moneda: con eso conseguía recuperar competitivad: los productos que vendía al extranjero con escasa productividad (planos hechos a mano en lugar de con plotter, zapatos con suelas de goma hechas con máquinas de la epoca de la guerra) les resultaban más baratos a los extranjeros y se restablecía el "equilibrio". Claro a costa de que todos los españoles nos hacíamos más pobres respecto del extranjero (nuestra moneda valía menos).
Realmente esto supone algo muy parecido a una bajada de salarios: con nuestro dinero podíamos comprar menos bienes: desde luego los de importación y los interiores en la medida que lleven incorporados factores exteriores o simplemente porque ahora se destinan a la exportación y para comprarlos hay que pagar lo mismo que lo que pagarían en el extranjeto por ellos.
Krugman dice que con el euro no podemos devaluar y ante una pérdida de competitividad la única medida equivalente es bajar los salarios. Eso es lo que propone Krugman. Suena bastante a conservador pero el planteamiento es correcto económicamente.
¿Qué es lo que se debería hacer desde una posición progresista? Lo primero es evitar que estas situaciones se produzcan; para ello hay que mejorar la competitividad de los trabajadores (eso lo proponen UGT y CCOO por ejemplo): no quiere decir aumentar las horas de trabajo o cosas así, idioteces que se oyen incluso en boca de nuestro Presidente: lo que hay que hacer es obligar al empresario a que realice las inversiones y forme a los trabajadores y se dedique a actividades de valor propias de un Estado desarrollado.
La segunda medida consiste en "proteger" los efectos de una bajada de salarios para mejorar la competitividad: realizar medidas sociales para compensar (guarderías gratuitas, mejoras en las prestaciones...). Para eso no hay que dudar en redistribuir rentas desde el capital hasta el trabajo, y desde el que tiene más al que tiene menos: es decir aumentar los impuestos directos progresivos.
Por último queda solucionar el problema del paro, que es endémico en España: se debe a que no tenemos "motor económico" para absorber tanta mano de obra: España es como una vespino y dos mil litros de gasolina, habrá gasolina que quede sin usar. Tradicionalmente esto se solucionaba con la emigración (por eso España es un país de emigrantes, porque aquí no había trabajo para todos): pero resulta que con la burbuja inmobiliaria se nos hizo creer que no teníamos una vespino sino una flota de Ferraris y que podríamos gastar no sólo los 2000 litros de gasolina sino también los de los demás (de ahí la entrada de inmigrantes extranjeros). Al final el chiringuito se ha caído y hemos vuelto a tener el motor económico habitual de España: el de una vespino.
Conviene saber qué es lo que realmente piensa el auténtico Premio Nobel sobre la crisis en España:
Krugman lleva diciendo desde que empezó la crisis que el problema de España, es el típico que siempre tiene este país: falta de competitividad (no quiere decir que seamos tontos sino que hacemos trabajos poco especializados (albañiles y camareros) o con escasos medios tecnológicos (100 personas barriendo a mano, mientras que en Alemania hay 1 con una máquina que barre 100 calles). Hasta ahora cuando pasaba esto España ajustaba el tipo de cambio: devaluaba la moneda: con eso conseguía recuperar competitivad: los productos que vendía al extranjero con escasa productividad (planos hechos a mano en lugar de con plotter, zapatos con suelas de goma hechas con máquinas de la epoca de la guerra) les resultaban más baratos a los extranjeros y se restablecía el "equilibrio". Claro a costa de que todos los españoles nos hacíamos más pobres respecto del extranjero (nuestra moneda valía menos).
Realmente esto supone algo muy parecido a una bajada de salarios: con nuestro dinero podíamos comprar menos bienes: desde luego los de importación y los interiores en la medida que lleven incorporados factores exteriores o simplemente porque ahora se destinan a la exportación y para comprarlos hay que pagar lo mismo que lo que pagarían en el extranjeto por ellos.
Krugman dice que con el euro no podemos devaluar y ante una pérdida de competitividad la única medida equivalente es bajar los salarios. Eso es lo que propone Krugman. Suena bastante a conservador pero el planteamiento es correcto económicamente.
¿Qué es lo que se debería hacer desde una posición progresista? Lo primero es evitar que estas situaciones se produzcan; para ello hay que mejorar la competitividad de los trabajadores (eso lo proponen UGT y CCOO por ejemplo): no quiere decir aumentar las horas de trabajo o cosas así, idioteces que se oyen incluso en boca de nuestro Presidente: lo que hay que hacer es obligar al empresario a que realice las inversiones y forme a los trabajadores y se dedique a actividades de valor propias de un Estado desarrollado.
La segunda medida consiste en "proteger" los efectos de una bajada de salarios para mejorar la competitividad: realizar medidas sociales para compensar (guarderías gratuitas, mejoras en las prestaciones...). Para eso no hay que dudar en redistribuir rentas desde el capital hasta el trabajo, y desde el que tiene más al que tiene menos: es decir aumentar los impuestos directos progresivos.
Por último queda solucionar el problema del paro, que es endémico en España: se debe a que no tenemos "motor económico" para absorber tanta mano de obra: España es como una vespino y dos mil litros de gasolina, habrá gasolina que quede sin usar. Tradicionalmente esto se solucionaba con la emigración (por eso España es un país de emigrantes, porque aquí no había trabajo para todos): pero resulta que con la burbuja inmobiliaria se nos hizo creer que no teníamos una vespino sino una flota de Ferraris y que podríamos gastar no sólo los 2000 litros de gasolina sino también los de los demás (de ahí la entrada de inmigrantes extranjeros). Al final el chiringuito se ha caído y hemos vuelto a tener el motor económico habitual de España: el de una vespino.
Krugman dice que este problema, la burbuja inmobiliaria, que ha pasado en Florida y California sobretodo, en EEUU no es excesivamente preocupante para estos territorios por tres razones: la primera porque hay programas de transferencias de rentas de unos a otros Estados (por ejemplo la pensión del jubilado de Miami la pagan todos los estadounidenses), la segunda porque hay bastante movilidad de los trabajadores en EEUU y si ya no hay trabajo en la construcción en Los Angeles, pues se irán a Seattle. La tercera es porque en EEUU hay un verdadero presupuesto federal con capacidad para gastar en esa zonas donde la burbuja ha explotado.
Ninguna de estas tres cosas suceden en España en relación con la Unión Europea: ni hay transferencia de rentas entre personas e individuos de los estados, ni movilidad ni presupuesto federal. Una solución obvia parecería ser construir más Europa, pero no bajo el modelo burocrático que conocemos sino una verdadera Europa social y de los ciudadanos que dé respuesta a estos problemas (¿os imagináis unas pensiones "europeas" pagadas por una caja única de todos los europeos?). Pero esto, tal como van las cosas, es una utopía.
Por eso Krugman pinta tan negro el futuro económico de España. Pero si le preguntáramos a Krugman qué prefiere para España si bajar los salarios o hacer una Europa política y socialmente unida, no cabe duda de que preferiría lo segundo.
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