En este laberinto que es la Unión Europea y sus problemas crediticios, contar con un buen mapa y/o un GPS resulta imprescindible. Como no tengo a mano ninguno de ellos recurriré al viejo truco del hilo de Ariadna.
La Unión Monetaria...¡ay! ese bonito intento de empezar la casa por el tejado, contraviniendo toda la experiencia histórica. Hasta en los Estados Unidos de América, con lo duros de mollera que son, empezaron por la unión política y sólo bastante tiempo después empezaron con la monetaria. De ahí que en las pelis de jichos incluso se hable de un dólar de Tejas, un dólar de Kansas, etc... Aquí, en el crisol de todas las razas, siglos después de la unificación de los Reyes Católicos (y varios siglos antes, por cierto de la unificación de los rayos catódicos) convivían monedas (y pesos y medidas) de todas las partes del reino y reinos adyacentes como si tal cosa. Buen negocio, además para las casas de cambio.
Bueno, pues pese a todo, estos listos que nos gobiernan decidieron empezar al revés, o lo que es peor, poner el tejado y sostenerlo en el aire. Todavía estoy esperando a que pidan disculpas a todos los que propugnamos el "no" a ese engendro de "Constitución Europea" precisamente porque faltaban los cimientos económicos, democráticos y sociales de la Unión (y encima querían quitarnos los nuestros, que son de corchipán, pero al menos existen).
Dicho esto ¿que coños está pasando con la deuda pública, Grecia, Portugal, rescates, Agencias de calificación? Como aquí cada uno mira por sí, cada Gobierno, y más aún la gente de cada Estado iba procurando atender sus necesidades (infrestructuras, sanidad, educación.. pero también negocios empresas...) con los recursos que podía obtener. Esos recursos, en el caso de los Estados, se pueden adquirir (vía impuestos) o tomar a préstamo (deuda pública) con el pequeño detalle de que más tarde habrá que devolverlos. Los particulares tienen también esas dos vías, adquirirlos (vía rentas) o tomarlos a crédito. Como habíamos alcanzado la senda del crecimiento infinito a lo que no alcanzaba la primera vía llegaba la segunda: total al año siguiente seremos más ricos y podremos devolver lo prestado y sus intereses.
Cuando la cántara se rompe y la leche se derrama, se ve el "abujero". Y entonces llega el problema: no hay con qué pagar. Se empeñan las joyas de la agüela, e incluso se venden, pero esto sigue sin alcanzar. Hay que pedir más dinero a crédito pero ya nadie te fía... La hecatombe. Cuando esta situación se produce en familias y empresas las soluciones han sido variopintas: históricamente el acreedor hacía suyos los bienes del deudor y su persona (y los de su familia): los convertía en esclavos; si el deudor y su familia eran muy feos o inútiles los sacaba de la ciudad y los despedazaba "trans tiberi". Esta solución, que parece desusada, es, por otro lado la preferida por los mercados y por los capitalistas de pro.
Tras varios siglos "de civilización" se pasó a la prisión por deudas: al que no pagaba se le encerraba en una especie de cárcel donde permanecía retenido hasta que pagara sus deudas. Como resultado perdía su trabajo o negocio y se veía obligado a quedarse recluido por los restos. La ineficacia del método salta a la vista: el acreedor no cobra nada y al Estado le cuesta la manutención (bien es cierto que no les daban de comer, ni de vestir, pero por lo menos había que pagar a los guardianes. Para compensar Dickens nos hizo pasar buenos (Pickwick) y malos (Copperfield) ratos a cuenta de este sistema.
Después de tropezar mil veces con la misma piedra, aprendimos que lo mejor en estos casos es dar al acreedor "ajo y agua": despídete de cobrar una parte y espérate a cobrar la otra, lo que jurídicamente se llama una "quita" por lo primero y una "espera" por lo segundo. De esta manera el "bisho" podría recuperarse y seguir produciendo, o, en el peor de las cosas, podría ordenada y dignamente retirarse de la escena. Al superhéroe justiciero que (para los demás) todos llevamos dentro se le abren las carnes ante solución tan injusta, pero el economista sabe que ésa es la única forma de no empantanarse en un estancamiento sin fin.
Todo el mundo lo sabe. Todo el mundo sabe que si, por arte de magia, todos los deudores actuales quedaran liberados de sus deudas la economía se recuperaría echando "mistos", a costa, eso sí, de los acreedores. Una cosa intermedia también valdría, una parte a costa del acreedor y otra a costa del deudor. Pero el acreedor no quiere: tiene la sarten por el mango y a las agencias de calificación en nómina y se le ha metido en la cabeza que tiene que cobrar hasta el último euro que se le debe y con intereses. Y que si no no vuelve a prestar un euro. Para eso saca al teatrillo a las dichosas agencias y señalan a los países que intentan el escaqueo, para que los otros que tienen pasta tampoco se la presten.
Y que pasa con el político que, como Solbes, vivaquea en la primera clase de la Unión Europea. Pues, división de opiniones: unos dicen que sean los acreedores parte del desaguisado y otros dicen que, no que sean los contribuyentes los que lo hagan. Ya sabemos que el acreedor tiene forma de banco, de hecho ya sabemos que el acreedor es sieeeeeempppre un banco. Los primeros dicen eufemísticamente que la banca privada tiene que contribuir a parte del rescate de Grecia; el españolito que oye la noticia piensa que lo que quieren decir es que los bancos deberían también arrimar pasta al país heleno, prestándosela para que salgan a flote. ¡No!, la pasta ya se la prestaron, lo que quieren decir es que se retrasen a la hora de exigir la devolución de la que ya vence o que se despidan de parte de ello. Lo que pasa es que si lo cuentan así cunde el pánico.
Los de la postura contraria lo que quieren es que los demás Estados presten a Grecia (en buenas condiciones, es decir, regalar una parte y exigir su devolución muy tarde) el dinero que les hace falta. Como estos otros Estados no pueden pintar el dinero lo tendrán que buscar de las dos formas antes dichas: o mediante su recaudación tributaria interna presente o mediante el préstamo "de los mercados", que habrá que devolver en los plazos y al tipo que los mercados digan, es decir que habrá que devolverla con la recaudación tributaria interna futura. Lo hagas como lo hagas palman los contribuyentes: pero esto no lo pueden decir porque les corren a gorrazos.
Y.. ¡Cágate lorito!, Alemania es de los primeros y nosotros de los segundos. ¿Por qué? Dejando aparte la morbosa explicación que anticipa que ZP se sentará en el Consejo de Administración de algún gran banco en menos de un par de años (se admiten apuestas, cruzo un euro con quién sea), la explicación económica es mucho más simple: hay dos razones poderosas para que este Gobierno en descomposición ( y el que sigue) no pueda hacer otra cosa.
Las dos razones son las siguientes:
En primer lugar porque los acreedores a los que hay que parcialmente habrá que "jeringar" son los bancos, los bancos de todo el mundo y entre ellos también nuestros bancos. Y nuestros bancos tienen en estos momentos más agujeros que un queso gruyère. Es lo que faltaba a unas entidades crediticias como las españolas, con la solvencia de la casa del primer cerdito, gracias a la burbuja inmobiliaria, a las políticas fiscales de los gobiernos de Aznar y ZP, a la "estrecha" vigilancia (es un sarcasmo) de MAFO, en incluso a los padres de MAFO por el mal día en el que engendraron a esta criaturita. En fin la solución puede ser lo que nos faltaba por padecer a los rasgos castizos de esta crisis mundial.
En segundo lugar porque una vez que Grecia entre en lo que antes en nuestra legislación mercantil se llamaba quiebra o en lo que se llamaba suspensión de pagos y hoy a ambos casos se denomina concurso, los temores de que otros vayan detrás hará que nadie te preste dinero, si tú eres el siguiente de la lista. Y es fácil que estemos "nominados" gracias a este Gobierno (y oposición) que se han encargado de "vender" que somos iguales a Grecia, Portugal y España (aún cuando en el artículo sobre España del último número de NewLeftReview demuestra que no es verdad, que somos más de doble de PIB que esos tres Estados juntos), imagen que se ha construido a partir de un Presidente de Gobierno inepto y con complejo de inferioridad, con la impagable ayuda de un líder de la oposición dispuesto a cualquier cosa por recuperar la poltrona que le fue arrebatada por una conjura islámico-etarra-rubalcabiana universal. Bueno, sea como sea, el caso final es que hay estamos en el RAE de los mercados.
¿Y ahora qué? La verdad es que estamos jodidos, muy jodidos... pero contentos. Hace un año ganamos el mundial y de momento este país cierra por vacaciones. ¿Y si somos los mejores, bueno y qué? ¿y si somos los mejores bueno y qué? ¿ y si somos los mejores? ¿y si somos los mejores? ¿y si somos los mejores bueno y qué?
Y este menda se va de vacaciones hasta septiembre. A ver si para entonces ya nos han conquistado los marcianos y esto se arregla.