El debate sobre la ubicación del futuro ATC, unas siglas eufemísticas(*) de lo que es un cementerio nuclear pone en evidencia el amaestramiento de una opinión pública tipo “consumidor”: todos los derechos (a tener energía regalada, ropa barata, telefonía móvil...) y ninguna de las obligaciones o consecuencias (residuos nucleares, degradación medioambiental, antenas que producen cáncer...). Atrás quedan los tiempos en que se cantaba: “no habrá deberes sin derechos, / ningún derecho sin deber”. Hasta en esto La Internacional sigue siendo un himno revolucionario.
Una solución imaginativa pasa por entregar un kilogramo de residuos nucleares (convenientemente empaquetado eso sí), a cada uno de los españoles favorables a este tipo de energía, para que lo pusieran en sus mesitas de noche: de este modo tendríamos fácilmente colocados unas 35.000 toneladas de esos desechos y no habría que construir el cementerio. Pero me temo que si así se hiciera el número de españoles favorables a la energía nuclear (que en el ejemplo yo estimo en unos 35 millones) descendería de forma asombrosa.
En realidad el problema de los residuos nucleares es lo que en economía se denomina una externalidad negativa: algo que genera efectos nocivos para la sociedad pero que el productor no tiene en cuenta a la hora de calcular sus costes. La solución a este fallo de mercado pasa por la intervención pública, y entre otras, cabe desincentivar la producción de este tipo de bienes que generan externalidades (o economías externas) negativas: por eso la postura de los ecologistas que abogan por la construcción del dichoso ATC a cambio de un calendario de abandono de la energía nuclear en España parece lo más razonable. Y ya puestos, si tuviéramos peso internacional, podríamos recomendar ese abandono a los demás países. O esto, o empezar a empaquetar residuos para las mesillas de noche.
(*) ATC: almacén temporal centralizado. Terminología ideológicamente afín a CTR (centro de tratamiento de residuos) para hablar de basurero, empresa de seguridad para hablar de mercenarios, Ministerio de Interior en lugar de Ministerio de la Policía, Ministerio de Defensa en lugar de Ministerio de la Guerra, Ministerio de Igualdad... y lo que vendrá...
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