La gestión de la crisis tampoco fue la ideal ni la que se esperaba de un político de izquierdas. Independientemente de que, de cara a la galería negara la existencia de la misma hasta pasadas las elecciones generales de 2.008, lo que importa en este blog es saber si, realmente, se hizo un análisis serio del problema y se tomaron las decisiones correctas.
La crisis sorprendió a todos los economistas y gobiernos de la escuela de pensamiento dominante, también llamado "pensamiento único", que creían que con sus políticas neoliberales los ciclos económicos habían dejado de existir. Lo que no pensaban es que la combinación de la progresiva desrregulación de la economía junto con la cada vez más injusta distribución de la riqueza estaba fraguando una recesión de proporciones descomunales. En eso a Zapatero no se le puede criticar nada, pues él y sus asesores, estaban y están inmersos en el magma del pensamiento único.
Cuando la crisis se desató, en 2.007, el pensamiento único creyó que se trataba de un simple "calado" por falta momentánea de "gasolina". Había que cebar la bomba del consumo de los hogares (o abrir el "estárter" de los coches viejos) y con eso bastaría para salir adelante. La idea de la administración neoliberal y neoconservadora de Estados Unidos fue establecer un "rebate" o devolución de impuestos a las familias para poner de nuevo en marcha el motor. En España se plagió esa medida en forma de "los 400 euros": Zapatero copia a Bush porque, en esencia coinciden en el diagnóstico (crisis puntual) y la medicina (cebar la bomba); a ZP además le conviene copiar la política de Bush porque tiene delante elecciones generales, y una medida como la de los 400 euros le va a permitir ganar (o al menos empatar) las elecciones. Esta "perfecta medida keynesiana", como he oido decir, tenía dos defectos sustanciales: en primer lugar la brecha entre el consumo y las rentas de las familias ya no se cerraba con 400 euros; en segundo lugar mucha de esa gente guardó, en lugar de gastar esos euros, bien porque no le hacían falta (eran más ricos y tenían menor propensión marginal al consumo), bien porque estaban aterrorizados ante lo que se venía encima (en forma de paro en algún miembro de la familia) y decidieron hacer "guardiola".
Pero la crisis no desaparece, antes bien, se agudiza. El pensamiento dominante empieza a echar la culpa (que la tiene como detonante) al sector financiero, que ya no puede disimular más su estado comatoso y empieza a manifestar su enfermedad: grandes quiebras y terror en el mundo financiero. Entonces el pensamiento dominante considera (acertadamente) que no se puede dejar caer al sector financiero y empieza a apoyarle con ayudas que, se diga lo que se diga, es probable que nunca vayan a ser reintegradas. Eso supone un endeudamiento masivo de los Estados, que pasa desapercibido tras la cortina de humo de que, una vez saneado el sector financiero, el dinero volverá a fluir, se concederán créditos y la economía repuntará. Este análisis, como ya he indicado en otros post, tiene dos errores graves: confunde "detonante" o iniciador de la crisis con las causas profundas de la misma y, considera que la solución está en el crédito. El primer error condiciona el segundo: si erróneamente se cree que la crisis la causaron "tres o cuatro" directivos sin escrúpulos resulta claro que la solución está en fusilar a esos tres y cuatro y asunto concluido. Si se cree que la crisis es solamente o puramente financiera la solución vendrá por "el restablecimiento del crédito". Pero la crisis es muy tozuda, es sistémica, y como tal no va a dejarse enderezar por políticas moralistas o financieras.
ZP, buen gregario(*), de nuevo se suma al pelotón ideológico que supone el final de la Administración Bush y el inicio de la administración Obama: dinero para los bancos. Como muy gráficamente señaló Stiglitz en esa época: trasfusiones de sangre para un paciente que se desangra sin antes cortar la hemorragia. Dinero tirado.
La llegada de la Administración Obama trae más que unos aires, unos pequeños soplos de política neokeynesiana: tímidos planes de obras, que, en España son copiados inmediatamente por este gran imitador (y escapista) que nos gobierna. Inmediatamente lanza el Plan E que es, de nuevo, una copia de los planes "de los países que mandan". El Plan E es el primer tiro "entre los tres palos" que hace ZP en dos años: la idea es buena, pero, como buen neoliberal sigue pensando que la crisis es transitoria, por lo que nada de grandes obras (que luego haya que mantener), ni nada que tenga un desarrollo o ejecución plurianual. Zapatero y sus asesores concibieron el Plan E como una segunda versión de "los 400 euros": algo que puntualmente se pone y en cuanto esto tire se retira. Esa evanescencia y provisionalidad del Plan E explica que, sin haber sido un absoluto fracaso, la sensación que quede sea un tanto agridulce.
A partir de aquí vamos hacia la deriva hasta que se desencadena la tormenta especulativa con la deuda pública (cuyas causas sigo analizando para dar una explicación en este blog, como me exige mi hermano). La Unión Europea empieza a mirar con lupa los déficits públicos de los países de la zona euro, probablemente haciendo de policía de los poderes económicos privados que temen o bien la insolvencia de sus créditos o bien la erosión de los mismos si se desata una gran inflación. Pese a lo que en los medios de opinión convencionales, el Gobierno sí tiene una estrategia y, en mi opinión no muy descabellada: "hacerse el sueco". En Bruselas se trasmite la sensación de "estar en ello", reformando, recortando, transmutando... pero todo esto (el caso más evidente es el del IVA) hoy no... ¡mañaaaaaaaaana!. En realidad seguimos como estamos esperando a ver si por fin escampa. Y digo que no es mala política porque es preferible seguir endeudándose hasta salir de la crisis que recortar el gasto y condenar a muerte el desarrollo económico de nuestro país en varias décadas.
Y así estábamos hasta que el "tsunami especulativo" anegó la Unión: El FMI y sus cipayos el BCE decidieron poner coto a esto: bastó una llamada, una reunión con unos y otros, y nueva política económica del Presidente, siempre tan pegada al pensamiento neoliberal: recorte salvaje de gastos, especialmente recorte del gasto social. Continuará...
(*) Excelente ayuda de cámara: si hay que adoptar una medida liberal siempre "esprinta" para adelantarse un poco a los demás. Si hay que hacer alguna política social, siempre "se deja caer" hasta el fondo del pelotón. Así es nuestro ZP.
El Estado (ya que se atribuye esas funciones) debiera garantizar a los depositantes de ahorros que éstos van a ser gestionados de manera razonable.
ResponderEliminarSi el Estado falla en esa labor, creo que debe respaldar al ahorrador.
Pero el banco es además una empresa, con sus accionistas, sus directivos etc. Si el banco como empresa hace una gestión pésima, como ha sido el caso, DEBE DE QUEBRAR. Los accionistas deberían perder su dinero por haber permitido una mala gestión, y no entiendo la labor que han tenido los Estados en éste aspecto.
Máximo, busca "Too big to fail" y lo entenderás. Anda que no hay artículos en internet sobre el tema...
ResponderEliminarQue si, que si, pero que los accionistas y directivos paguen su precio
ResponderEliminarPerdona, ha pasado por aquí, y te quería comentar. La violencia se convierte en el último recurso de la incompetencia. Voy a ir, por partes. Para empezar, hay que dejar atrás, discursos trasnochados y fuera de lugar, siempre es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas. Voy por puntos. Primero, la crisis española no tiene absolutamente nada que ver con la crisis internacional o “subprime”, los bancos y cajas españoles estaban protegidos contra estos productos, básicamente por que el Banco de España no les permitía tenerlos directamente en sus balances. Segundo, la crisis “subprime”, ocurrió por que mientras el precio de la vivienda en EE.UU, subía no había problema, cuando dejó de subir ya se ha visto lo que ha pasado. No todo está, tan manejado, en la crisis de 2000, la crisis de las tecnológicas y las “punto com”, en España ni no enteramos básicamente por que no teníamos empresas tecnológicas. Tercero, y último no te quiero aburrir, la crisis española es de LADRILLO, en este país en los últimos 20 años nos hemos dedicado al LADRILLO, y todo lo que no fuese eso, no tenia ningún tipo de interés, todo el dinero, créditos, ahorros etc. etc.. están atrapados en los ladrillos. Y era una función matemática muy simple, límite, se pensaba que el precio de los ladrillos seguiría subiendo hasta el infinito y todos tan felices, eso no es así y el problema no está ni de lejos solucionado, es más aún no se ha reconocido, así tranquilidad, que queda crisis para rato te diría que entre 7 y 10 años. Empezar, con discursos de “Especulardores”, grupos fácticos de poder, manipulaciones etc… aburre. Si quieres, sólo necesitas 10 euros, y puedes abrir una cuenta en un broker y especular, perdón invertir, sólo es necesario saber como y podrías vivir de ello, pero para eso hay que estudiar, trabajar, aprender y eso es más complicado. Saludos
ResponderEliminarAnónimo ¿pero has leído el post? ¿Te refieres a este o a otro? Te lo pregunto porque este es un post "descriptivo" que cuenta lo que el Gobierno ha ido haciendo en cada momento según lo que pensaba que estaba causando la crisis y como solucionarla. En otros posts sí que he hablado de las causas de la crisis, sistémicas, propias de un sistema capitalista que necesita alentar el consumo sin aumentar las rentas de los consumidores y sin tener en cuenta el agotamiento de los recursos. "Estudiar, trabajar y aprender" para invertir es lo que estoy haciendo. Acabo de empezar a coleccionar los fascículos: el primero trae de regalo un sobre con unos papelitos de colores que parecen billetes. El librito que lo acompaña es de un tal Madoff. Espero aprender primero con el timo de la estampita y luego ir progresando hasta operaciones más complicadas.
ResponderEliminarNi los 400€ ni el planE. Ambas medidas rotundos fracasos. El primero nada de keynesiano y mucho de soborno al por menor.
ResponderEliminarEl segundo, si bien ciertamente keynesiano, el fallo fue azuzar un sector envuelto en la corruptela absoluta. Completamente de acuerdo en la estrechez de miras y cortoplacismo recalcitrante, pero ni siquiera consiguió su objetivo del corto plazo de "generar empleo" sino sólamente llenar los bolsillos de algún que otro politicucho corrupto a medias con su constructor favorito (con el que también se llenó los bolsillos recalificando suelos).
En cualquier caso, habría que haber dejado quebrar a los bancos pues, si eran "too big to fail", más grandes son los estados que van a quebrar por no haberlos dejado morir.