"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

lunes, 22 de marzo de 2010

¡Qué se mueran los viejos!

          El mismo día que desde los púlpitos de las iglesias se predicaba el pasaje del evangelio según San Juan en el que se dice que “el que esté libre de pecado, tire la primera piedra”, desde el púlpito de la derecha económica, el “Diario del neoliberalismo en español” se podía leer lo siguiente: “El envejecimiento de la población repercute sobre el gasto farmacéutico: los pensionistas, que no pagan nada, generan hasta el 70% del gasto en medicamentos” (Editorial El País ). Mientras los unos se preocupan de los niños, los otros se preocupan por los viejos.

           El Pacto Sanitario resulta ser, al final, un pacto de recorte de medicamentos: pero lo cierto es que el gasto médico por habitante en España es de los más bajos de la Unión, mientras que el gasto en medicamentos es, efectivamente, de los más altos. ¿Por qué pasa esto? El que lo explica divinamente, es Vicenç Navarro (www.vnavarro.org) Yo lo único que puedo hacer es poner un ejemplo.
             Pongamos dos países hipotéticos: a uno de ellos, pura coincidencia, lo llamaremos España; al otro, también por casualidad, lo llamaremos Suecia.
           Modelo 1.- A la consulta médica de España llega un cariacontecido paciente con unos análisis de sangre bajo el brazo: tiene el colesterol alto. El médico mira los análisis, le receta unas pastillas contra el colesterol y listo. Tiempo de consulta: cinco minutos.
            Modelo 2.- A la consulta médica de Suecia llega un paciente con el mismo problema. El médico se interesa por el tipo de vida que lleva, le propone una dieta alternativa, mayor ejercicio, en fin, una vida más sana. Fija una nueva cita para ver como evoluciona el colesterol de este individuo. Hace un seguimiento continuado del paciente. Finalmente, si es el caso, le receta un medicamento.
Ambos modelos están exagerados, pero en ellos se ve claramente dónde está el problema: en el primer caso el coste sanitario en medicamentos es alto pero el coste “en médicos” es bajo. En el segundo modelo el coste en medicamentos es bajo pero el coste en personal médico es más elevado. Y usted como paciente, ¿cuál prefiere?.
          Reducir el problema de la Sanidad española “a que los viejos gastan mucho en medicamentos” es de una simpleza propia de los medios que proponen estas teorías, que, además, no son inocentes: si los viejos gastan tanto en medicinas, “sin pagar nada” o bien habrá que empezar a cobrar por ello, o bien, directamente, habrá que eliminarlos del mapa.
           Por supuesto debates serios ni los hay ni se los espera. Todo se reducirá a meter la tijera en el gasto en medicamentos y a seguir tirando: ahora cuando un anciano, de estos que El País ha llamado “parásitos sociales” vaya al ambulatorio a pedir recetas, el médico tendrá que decirle: “tómese la pastilla un día sí y otro no”, a ver si, con un poco de suerte, el día que no le toque la pastilla para la tensión, le da el pampurrio.

2 comentarios:

  1. Tambien recuerdo aquello de que un resfriado se curaba con un vaso de agua y es cierto, pero dile a un paciente con una bala en el estomago a punto de morir que no te doy morfina para que "disfrutes" de los ultimos minutos de vida que te quedan, pero claro, eso probablemente en madrid sera una sedacion ilegal......

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  2. Edu, lo de Madrid, la Sanidad y la "lideresa" da para todo un blog, no cabe en un sólo post. Ya me pondré a ello, pero, quizá tenga que pedir la excedencia para abordar tan magno trabajo...

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