En el siempre interesante blog de mi hermano, se plantea un problema aun todavía más interesante: ¿Qué puedo hacer yo ante el "oil crash"? El colmo de lo interesante se alcanza tanto con la exposición de mi hermano, como con los setenta comentarios que ha recibido. No me presto a hacer un comentario más en su blog porque prefiero dar contestación aquí y así mato dos pájaros de un tiro: contesto y a la vez "relleno" un post.
La cuestión se plantea en qué puede hacer UN individuo, ante un problema concreto, la crisis energética, al que hay que buscar una solución: la acción es individual, pero el problema es (si lo tiene) de resolución colectiva. Bueno, en el fondo esto es una variante del problema general "qué hacer"(*), que pone en términos de ética el cómo debe comportarse un individuo ante un problema social.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que para cualquier cambio social se requieren unas "condiciones objetivas" en la sociedad, es decir, la sociedad tiene que cumplir unos parámetros para que el cambio sea posible. Estas condiciones objetivas son independientes de la existencia real o del problema, de su gravedad, o de la existencia o no de solución. Entre estas condiciones objetivas hay dos fundamentales: la sociedad debe ser consciente del problema y debe tener voluntad de afrontarlo (de "enfrentarlo" diría mi hermano, pero eso es porque lee mucho en bárbaro (=inglés)). Sin estas condiciones da igual si el problema es real o no, si es grave o leve, si tiene o no solución: el cambio social no se producirá. En el caso que nos ocupa,crisis energética, "peak oil", en general "peak" de cualquier cosa, sistema económico insostenible, "planeta finito", la cuestión sigue siendo la misma, aunque el problema sea de tal magnitud que acabe con la raza humana: si no se dan las condiciones objetivas para un cambio social, nos precipitaremos como lo "lemmings" aquellos del juego del spectrum, hacía el vacío sin remisión.
En fin, sin condiciones objetivas no hay cambio social. A día de hoy no hay condiciones objetivas(**), luego, el individuo que es consciente del problema que se nos avecina sólo puede hacer cuatro cosas:
En primer lugar puede suicidarse; el problema no se soluciona, pero al menos él deja de tenerlo. Si, además se cumplen las advertencias del apocalipsis bíblico será el más afortunado por morir primero.
En segundo lugar puede intentar resolver el sólo el problema. Para ello tendrá que eliminar el problema, a los causantes del problema... y hacerlo rápido, por lo que no le va a quedar más remedio que empezar a poner bombas y todo eso. Él y unos pocos más que hagan lo mismo, si son capaces y están suficientemente dedicados a la causa, pueden llegar a creer que es posible solucionar el problema de esta manera. Están cayendo en la enfermedad infantil del "terrorismo" y seguramente no conseguirán nada (incluso puede que logren el efecto contrario), aunque es fácil que lo que sí consigan es que el Estado les preste alojamiento y manutención gratuita en un recinto cerrado. Para saber más sobre esta enfermedad recomiendo la lectura de algo de Lenin y la visión (a los que nos gusta el cine) de la película "La tercera generación" de Fassbinder, si es que es posible encontrarla, rebañando en lo más hondo de la perola del emule con la cuchara del kad.
En tercer lugar cabe hacer "tu pequeña contribución a solucionar el problema": vender el coche, ir en "bici", poner un molinete en el tejado... Son, esas pequeñas cosas que hacen que el mundo sea mejor y que se utilizan ampliamente en los anuncios de la coca-cola, iberdrola y similares... y ¡ay! también por nuestros gobernantes. Aparentemente se trata de un pensamiento muy bonito, naïf, pura Mafalda (la que le gusta a Chacón), pero que en el fondo encubre un gran egoismo: se trata de decir yo ya he hecho mi parte, y si esto se va al carajo (que se va) no es por mi culpa. Será por la de los demás, porque si hubieran hecho lo mismo que yo, ya estaríamos todos salvados. Esta posición en personas de más de catorce años debería estar penada con un par de collejas a la semana, hasta la completa maduración del "melón" o "almendra" del individuo, pues lo que plantea es la división de un problema social, en partes alicuotas (yo es que soy de Derecho) en las que cada uno se encarga de su trocito: el resultado es la sociedad "patchwork" estilo de moda, que por cierto viene que ni pintado estéticamente a los partidarios de esta solución. Para saber más sobre esta enfermedad mejor que leer otro poco más de Lenin creo que es más fácil tirar a la basura determinadas lecturas: las ya citadas de Mafalda, los especiales "cool" de los periódicos progres del Estado, e incluso la mayoría de los libros escritos al uso, sin olvidar los suplementos "mujer hoy" y AR con sus secciones "cómo hacer un mundo mejor y similares". Y si se quiere cine se puede ver la (mala) película "El jardinero fiel" y, cuando termine, preguntarse qué cojones le pasa a esa tipa para abandonar la influyente sociedad londinense en la que, como hija de papá, podría haber cambiado algo y dedicarse en su lugar a curar negritos en África Tropical, para demostrar lo buena que es ella y lo malos que son los demás. Igual se llega a la conclusión de lo que la pasa en la "peli" se lo tiene bien merecido, por haber recibido sus talentos y haberlos enterrado, a cambio de parecer más solidaria que nadie.
Y nos queda la última: intentar crear las condiciones objetivas en la sociedad para que el cambio se produzca. Fíjate que hay una diferencia con la segunda "solución": no se trata de hacer uno el cambio social, ni hacerlo entre unos pocos, se trata de crear las condiciones en la sociedad para que ese cambio se realice "por la sociedad". Esta solución es, de lejos, la más complicada, pero, a cambio es la única que puede funcionar. Empieza con la agrupación de los individuos concienciados, es decir, desalienados, como tú Antonio, formando algún tipo de asociación(***), sindicato, partido... es decir algo que nos permita trabajar juntos en la lucha por la creación de las condiciones que la sociedad debe tener. y una vez montado el andamio a empezar, como hacía Jorgito, a "vender la biblia por las casas" (Gracias a Dios, hoy hay internet). Tardar se tardará, conseguir no sé si se conseguirá, pero otra solución no hay. Los nuevos adeptos deberán, además de empezar a trabajar de la misma manera, creando células, discutiendo, actuando en la toma de decisiones y siguiendo con la tarea del "puerta a puerta". Y así hasta lograrlo. Son las técnicas que se han empleado toda la vida desde los tiempos de Jesucristo hasta los de nuestras madres, mediante el "Avon", que siempre llama a tu puerta, y el "tuperguare" (hoy creo que hacen lo mismo con la "vaporetta" y el "termomix") pero son también las que hicieron nacer las revoluciones de los siglos XVIII, XIX y XX, las que empleaba Ignacio de Loyola o la Señora Webb; lo que se hacía en los soviets y lo que se hace hoy en Venezuela, en el Foro Social Mundial... Se puede leer algo sobre esto indistintamente en Lenin o en San Pablo.
Y, en definitiva, eso es lo que estás haciendo, por lo que no te preocupes más hermanito: estás haciendo lo correcto. Eso sí, vigila la olla y el garbanzo, porque el primer deber de un revolucionario es cuidar de sí mismo. No lo olvides: cuídate.
Y, no puedo olvidarme de aquellos que te escriben diciendo que el problema de la crisis energética no es de izquierdas ni de derechas: Para estos no tengo palabras. Les recomiendo, eso sí, la versión escrita o cantada del poema "aclaración a un intelectual apolítico" de José Valdivia Domínguez (JOVALDO): "No me venga pues con aires/ de apolítico cantor. / El arte(****) está con el pueblo, /o está con el opresor"
(*) La obra de V.I. Lenin del mismo nombre.
(**) Es lo que los marxistas llamamos "alienación": puede afectar al individuo, a una clase social, o a la sociedad misma.
(***) Conviene encontrar, enseguida, a alguien concienciado "con pasta", a ser posible alemán y que se llame Engels. A partir de ahí todo es mucho más fácil.
(****) Sustitúyase por: cultura, ciencia, técnica, tecnología, deporte, teatro, cine, botellón... según proceda
Comandante, este post lo has bordado.
ResponderEliminarTareas urgentes pendientes:
-- AMT: déjate crecer la barba ya, al de Tréveris le costó mucho tiempo tener la suya tan poblada.
-- Entretanto, identificar al candidato a mecenas. Por si acaso, la semana que viene me agencio una interesante novedad bibiográfica y me pongo a estudiar el tema: http://www.anagrama-ed.es/titulo/BM_28
Pues me resulta difícil estar más de acuerdo con el post (salvo una cosa: he buscado en mi blog con la barra de guguel la palabra "enfrentar" y sorprendentemente parece que yo no la escrito ;)
ResponderEliminarBromas aparte, es curioso que un simple análisis desde las ciencias naturales de los problemas societarios que caen en su ámbito (recursos, medio ambiente...) lleva inevitablemente a denunciar como causa última y viciada nuestro sistema económico. La última versión de la charla, la que di ayer en la UB (de momento sólo disponible en catalán) tiene una parte demoledora... He intentado en todo momento no cargar la mano, y hacer nacer la verdad en aquellos que escuchen... pero para aquél que no esté sordo, la conclusión es clara, por más dolorosa que sea para los que hasta ahora han sido favorecidos.
En el año y medio que llevo dando la charla estoy observando un cambio en la audiencia, y no es impresión sólo mía: los otros pobres lOCOs que ahora me ayudan también ven movimientos sísmicos de fondo. Se ha pasado de la incredulidad y el ver la discusión del problema como una actitud militante (que lo es) e ideológica (que posiblemente lo sea, pero por encima de todo es simplemente lógica) a percibirlo como un riesgo real, próximo... La gente en la charla ya no tiene ganas de preguntarte por la fusión nuclear o el coche eléctrico de las pelotas; empiezan a pedirte, casi implorarte, soluciones... Pero evidentemente, como bien dices, no hay solución si no hay antes desalienación de la sociedad, si no se dan las causas objetivas, para una revolución, del tipo que sea.
En cuanto a la asociación de la que he dado en ser presidente, está legalizada desde el 8 de Marzo, cada vez se interesa más gente, nos salen charlas como champiñones y, más importante, empiezan a interesarse alcaldes de pequeñas localidades. Yo posiblemente me integre en la directiva de AEREN, o al menos pase a ser un colaborador estrecho (bueno, eso parece que ya lo soy, dados los intercambios). En Catalunya Ràdio casi me han hecho fijo, los de El País me cortejan, y empiezo a tener ciertos contactos internacionales. ¿Qué detecto por debajo de todos estos movimientos? Miedo, mucho miedo. Hace tres meses el subdirector general de un banco español me confesaba que eran conscientes del problema energético, pero que dado el escaso retorno de invertir en utilities energéticas sus "accionanistas" nunca se lo permitirían. Y ahora que empieza a hacerse evidente que esto se nos va de las manos contactan y halagan a un pobre tipo como yo, que parece que entiende un poco las cuestiones técnicas del problema, para ver si se lo arreglo... pobres ilusos, no comprenden que, como lo entiendo sé que no tiene arreglo. O al menos no un arreglo en la dirección que desean.
ResponderEliminarHay algo más. No puedo confirmar los datos por culpa de la opacidad esperable, pero lo poco que tengo indica que España no está consiguiendo recuperar ese 13,4% de su consumo de petróleo que le venía de Libia. Lo poco que se oferta de más por parte de la OPEP es un petróleo malo que no podemos refinar aquí. No podemos robarle el petróleo a otros compradores por culpa de contratos de suministro anteriores con vigencia de meses, a veces años. Total, el precio no sube pero no tenemos todo el petróleo que anhelamos. El mercado ha dejado de ser eficiente (dejando de lado las ironías, ya nos entendemos). Esto, a los analistas de mesa camilla se les pasa desapercibido, pero es un signo terrible de los nuevos tiempos. No sé cuánto ha podido arañar Zapatero es su breve tournée por Qatar y Emiratos Árabes, pero ese 13,4% faltante sólo se podría cubrir durante dos años con las reservas operativas, estratégicas y de emergencia... Eso explica en parte la urgencia de un Gobierno tan poco proactivo como el nuestro... Esto se complica por momentos.
Gracias por el post. Un abrazo,
Antonio
Y la contraparte no se está quieta, como denuncia Naomi Klein sobre los decretos anti-sindicales en Winscosin y otros estados de los USA.
ResponderEliminarPor alegrarte un poco la mañana. ya sabes que este blog es así de jocoso: lo de "enfrentar" no sé, pero si te fijas en el post, he alterado el título de tu artículo cambiando el "delante" por el "ante": aparte de que me parecía más correcto gramaticalmente, es que con "delante" te veía más saliendo por patas detrás de una bola gigante (el peak oil), estilo Indiana Jones, mientras que con "ante" te veo más como Gary Cooper en "Solo ante el peligro" frente a ese Miller que es el peak oil, y, lógicamente preferí esta segunda opción.
ResponderEliminarTal como lo veo yo: en castellano, "enfrentar" no es incorrecto, ya que se utiliza habitualmente en Sudamérica, aunque es verdad que en la península se prefiere "afrontar". En cuanto a lo de "delante", me parece a mí que el adverbio tiene un sentido de posición física ante algo, mientras que "ante" tiene un uso no tanto literal como figurado o abstracto, así que sería más correcto. Pero bueno, lo de "delante del peak oil" también tiene su gracia porque evoca la imagen de alguien ante un tsunami, que en definitiva es lo que es.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Carles: tu tsunami es mi bola del templo maldito. Lo de enfrentar me lo inventé yo, porque estoy harto de verlo en los medios que leo y escucho que, tristemente (porque están muy por encima de los nuestros) son americanos. Pero además es que ese enriquecimiento del lenguaje me encanta, porque es lo que se habla realmente y es muy visual. Vosotros decís "a mes, a mes" castellanizado "a más, a más" es una forma muy expresiva de lo que en mi zona se dice "a mayores" que también es muy expresivo... Como creo que el lenguaje debe ser sobretodo expresividad, me encanta casi hasta lo del "candelabro" por "candelero" o lo del "ostentóreo" de Jesús Gil porque es también muy expresivo. Como lo de "resilientes" o algo así que empleáis los expertos en la materia: no sé exactamente lo que significa, pero el término me parece muy interesante y cuando lo usáis me parece muy visual (estoy viendo una mezcla de resistencia y una planta de esas leñosas, unas urces que decimos en mi pueblo, o, incluso una encina... me encanta la palabreja...
ResponderEliminarPues lo cierto es que yo nunca he utilizado todavía eso de "resiliente", en parte porque por formación soy de letras y me suena bastante mal al oído y en parte (ahora que AMT no nos escucha te lo puedo confesar) porque en el discurso adelante del peak oil (jeje) me sobra toda la palabrería que suene a combinación de Paulo Coelho y manual de autoayuda. Pero en fin... c'est les temps modernes.
ResponderEliminarUy, uy, Carles; te anoto falta. Además, el concepto viene recogido hasta la Wikipedia.
ResponderEliminarNos encantan los off-topics, pero nos hemos de concentrar en lo esencial. Me recuerda esto a una escena de "El sentido de la vida" de los Monty Phyton....