"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

miércoles, 21 de abril de 2010

La flauta de Bartolo II

          Hace unos días os propuse el siguiente dilema extraido del último libro de Amartya Sen, "La idea de la justicia":

          "Tenemos tres niños y una flauta. Cada niño quiere quedarse con la flauta. El primer niño alega como motivo para obtenerla el hecho de que es el único de los tres que sabe tocar la flauta. El segundo niño nos indica que él es el más pobre de los tres, que no tiene ningún juguete (los otros dos sí tienen) y que la flauta sería para él el único objeto de diversión con el que puede contar. El último niño nos dice que fue él el que estuvo fabricando la flauta, durante meses, y que ahora, esos otros usurpadores se la quieren quitar". ¿A quién damos la flauta?

           LLegó el día de desvelar el misterio de la flauta: "The winner is...". Pues ¡depende del jurado!.
            
           Si el que decide es un "utilitarista", según Sen, irá para el niño (en el libro es niña) que sabe tocarla, porque es quién puede maximizar su bienestar con la flauta. Pero, a continuación, plantea que habrá utilitaristas que consideren que el bienestar de esa pequeña sociedad se aumenta dando la flauta al más pobre, porque el bienestar que le produce tener un único juguete es mayor. 

            Un "igualitarista radical" daría la flauta, sin duda, al que menos tiene, independientemente de que haya tenido oportunidades para conseguir juguetes por otros medios. Finalmente un "libertario" (que es como en Estados Unidos se denomina a una facción del ala más derechista del Partido Republicano) considerará la flauta como propiedad privada ("sacrosanta") del niño que la fabricó. Esta misma postura, indica el autor, sería sostenida por un "marxista", atribuyendo al trabajador el fruto de su trabajo. Pero reconoce Sen que un marxista también podría sostener la postura del propio Marx, que desconfiaba de la atribución de propiedad (privada al fin y al cabo) al productor: un Marx maduro concibió un principio que, en mi opinión, es esencial y que Sen recuerda en su libro: "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad". En función de ese principio no le cobro a mi hijo el alquiler de su cuarto, ni le hago pagar con su trabajo el coste de los libros de texto que le he comprado. 

          En conclusión: no hay una única decisión justa, todas son relativamente razonables por lo que el destino de la flauta dependerá de quién tenga que tomar la decisión. Con esto, Amartya Sen pretende demostrar que no existe una única idea "de lo justo" ni existen "instituciones de Justicia Universal" en el sentido que señalaba Kant(*). Es más, incluso aunque tuviéramos un "Tribunal Constitucional" para la cuestión de la flauta, compuesto por personas afines a las corrientes de pensamiento expuestas, ese tribunal no llegaría a un consenso. Con lo cuál plantea otra idea interesante: para tomar una decisión no es preciso convencer a todos, de hecho van a seguir existiendo, diferentes opiniones y tensiones no resueltas. Así lo recoge el autor en su libro. 

           Por el contrario es posible identificar, por todos, las injusticias: en el caso de la flauta, romperla o quedarmela yo, serían, sin duda soluciones injustas. Igualmente, Sen señala que en la Historia de la Humanidad, ha habido decisiones consideradas injustas "absolutamente": la esclavitud, el genocidio del pueblo judío... Más recientemente, Amartya Sen incluye entre las decisiones injustas la guerra de Irak. 

               ¿Y en España, qué? En España no tenemos estos problemas: la flauta será... de quién diga el lider de mi partido. ¡Faltaría más!



(*) Amartya Sen, recuerdo, Premio Nobel de Economía, distingue, en la Ilustración, dos corrientes distintas: la de los que creen en instituciones de justicia universal y los que ven en la justicia un proceso inacabable de continua mejora. En el primer grupo incluye a Hobbes, Rousseau, Kant y más recientemente a Rawls. En el segundo grupo, al que él se adscribe, incluye a Adam Smith, a Condorcet y a Marx. ¿Por qué los clasifica así?: para eso hace falta leerse el libro. Y sí, Javier y Sara, esto es lo que habría que enseñar en una Facultad de Derecho (aunque fuera de una Universidad Pública)

5 comentarios:

  1. Discrepo respecto a lo de España.
    En España se crearia un ministerio para tratar tan profundo asunto. Se llamaria el ministerio de la Flauta (no se a quien darle esa cartera, me parecen todos tan aptos para ella).
    Despues de pasados unas meses, seguramente acaben tomando una solucion Salomonica, en el sentido literal, ya que es una solucion tan descabellada que me parece lo mas pausible. Asi, dividiran la flauta en tres trozos y le dara un trozo a cada niño, con la esperanza de que las proximas elecciones vuelvan a ganar con el votos de sus padres.
    Pero por desgracia (para ellos) las pierden, y despues de unos cuatro años vuelven a recuperar el control. Para entonces, los niños que habran crecido, expresaran sus quejas que habra que tener en cuenta porque ya son posibles votantes. Entonces se hara un comite de sabios (hace tiempo que no se hace ninguno?). El comite llegara a la conclusion de que fue una estupidez partir la flauta en tres trozos (creo que no hace falta un comite para ello), que habia formas de haber satisfecho a los niños (y con ello los votos de sus padres y actualmente de ellos) dividiendo el tiempo que cada uno podria disfrutar de ella, o incluso creando un centro comunitario en que ademas de ellos, otros pudieran usarla durante un dia.
    En ese punto, deciden reconstruir la flauta pero, se dan cuenta que el desgaste del tiempo sobre el objeto la hace practicamente irreparable. Asumiendo que esto ya no tiene solucion, comprueba en su archivo que existen unos 100 casos mas en el que se tomo esta solucion en los 4 años que no estuvieron gobernado. Deciden intentar aplicar la solucion a estos casos esperando que no haya pasado tanto tiempo como para que los trozos esten tan deteriorados que sea imposible su reconstruccion. Paralelamente, el ministerio de la flauta ha abierto centros sociales cerca de los damnificados con varias flautas para que puedan disfrutar de ellas(mas votos?).
    Pero resulta que cuando empiezan con el sistema de reconstruccion de flautas, se dan cuenta que aunque en todos los casos son tres niños implicados y las flautas son divididas en tres trozos, falta un trozo. Asombrados en los 100 casos ven que se repite lo mismo. Entonces un juez llamado Garson se pone a investigar lo que se llamaria el caso "Flurtel".
    Afortunadamente este caso acabara salpicando a unos pocos, pero nadie conseguira recuperar los trozos perdidos y la unica consecuencia es que se inhabilitara al juez, implicandolo es alguna situacion completamente inverosimil (la desaparicion de los discos de vinilo).
    Aqui, en madrid, nuestra Lideresa comentara que fue ella la que destapo el caso "Flurtel" al no querer venderle una gaita gallega a la orquesta sinfonica de viena. Nadie mas que ella encontrara relacion entre una y otra cosa, lo que no quitara que siga siendo la presidenta de la comunidad durante muchos años.

    Conclusion, lo que el sistema rompe no hay nadie que lo repare y otros vendran que "bueno" te haran. Mientras lo unico que importe sea ganar las proximas elecciones no se tomaran decisiones "reales" ya que seran poco "populistas"

    ResponderEliminar
  2. ¡Genial el comentario! Veo que has entendido perfectamente la "idiosincrasia" de este país.

    ResponderEliminar
  3. Pues sí, por tanto, ante esta idiosincrasia de corruptela endémica lo único que nos salvaría medianamente sería un modelo más liberal, que no conservador.

    Es decir, el niño que ha fabricado la flauta se la vende directamente sin pasar por Bartolo (ESTADO) al que la sabe tocar, el cual paga por ella (saber tocar no da derecho a quedársela sin más). El nuevo dueño puede dar conciertos y vivir de lo que recaude, con lo que ya hemos resuelto la forma de vida de dos individuos (fabricante e intérprete).

    Ambos, en cualquier caso, pagarán impuestos por su actividad económica que revertirán en cubrir las necesidades básicas que el tercer niño tiene sin satisfacer, es decir, proporcionarle un juguete, que no necesariamente tiene que ser una flauta sino algo que le pueda venir mejor (un cochecito, un caballo de madera...) o realmente necesite.

    Así pues, el modelo liberal deja a todos satisfechos en lugar de uno sólo. La intervención de Bartolo (Estado) habría supuesto la satisfacción de un único individuo y dos insatisfacciones (sin contar con la de los individuos que disfrutan de la música que interpreta el primer niño, que son más individuos satisfechos).

    ResponderEliminar
  4. ¿Y si no se la damos a nadie y permitimos que el que sabe tocarla enseñe a los otros, mientras que el constructor de flautas se afana en hacer dos más, con la madera que se encarga de traer el niño pobre para, finalmente formar un trío, en el que todos tienen flauta y saben tocar una POLIFONÍA?

    ResponderEliminar
  5. Bueno, Erial. En clase decidimos al final, regalársela al burro, porque una vez consiguió hacerla sonar por casualidad. El burro se llamaba "libre mercado" y de ahí surgió todo lo demás...

    ResponderEliminar