"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

domingo, 6 de febrero de 2011

Cartilla Palau II

          
         Libertad individual dentro de una sociedad organizada:


       
          También he visto en los comentarios que el grado de solidaridad depende de lo que cada uno esté dispuesto a dar "sin recibir nada a cambio". Otro error de concepto, derivado de confundir solidaridad, o más precisamente redistribución, equidad, o simplemente justicia (que es como lo llamamos en clase) con caridad o beneficencia. Yo puedo decidir dar o no a ese pobre limosna, e, incluso, si me parece, darle un "bocata de choppeeeer" en lugar de dinero(*); pero lo que no es discrecional es el grado de redistribución de mi riqueza que debo tener con los demás en una sociedad: este me viene impuesto. Y si no, echemos un vistazo al artículo 31 de la Constitución: Sus primeras palabras son un mandato a los españoles: "Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica...".


         ¿Y quién fija ese grado de reparto de mis riquezas? Nosotros, naturalmente: Recuerdo que hace unos años acudió a un foro de "expertos" el profesor "neocon" Lagares. Trataba de explicar cómo las sociedades prósperas eran aquellas que habían bajado sus impuestos y disminuido el tamaño del Sector Público; aportó datos y puso, como ejemplo de crecimiento a....¡Irlanda! naturalmente. 

           En el debate posterior le planteé que el tamaño del sector público, el nivel de impuestos, en qué gastar los dineros del Estado, es algo que no compete decirlo al experto, al catedrático o al gurú de turno: es algo que tenemos que decidir los ciudadanos: los ciudadanos decidiremos cuál es el grado de intervención pública que queremos, qué cosas queremos tener gratis y qué no... sin necesidad de aguafiestas: si queremos suicidarnos es nuestra decisión. Para más "inri" resulta que en los casos históricos en los que las decisiones se han tomado así, y no por expertos ni por dictadores, las cosas han salido bordadas, en lo económico y en lo no económico: si preguntáramos a las madres de los futuros soldados si hay que hacer una guerra, hace tiempo que se habrían acabado todas. 


            Esa es precisamente la idea fundamental de mi curso de Hacienda Pública: conseguir meter en la cabeza de los alumnos que "seremos y haremos lo que nosotros queramos ser y hacer" en materia económica, en política, en lo social... en todo: eso precisamente es democracia y no (sólo) ir a votar cada cuatro años(**). 


           ¿Y que pasa si un ciudadano no está de acuerdo con las preferencias de reparto que ha establecido la sociedad? "Ajo y agua" Y si decide salirse del juego, que sepa que se coloca "fuera de la ley" y que, como comenté en el post anterior, será perseguido como un forajido, por gente como yo, reclutada para ese trabajo, el peor reconocido del mundo. Y si nos sisa un poco (y le pillamos) se irá con la cartera más vacía (la cuota, los intereses y una sanción), pero si nos roba mucho... pues se irá a la cárcel, según estipula nuestro Código Penal (y el de Francia, y las leyes de Estados Unidos...). 


           ¡Ah! y no vale decir, pero "moralmente" mi conducta es irreprochable: ¡No señor! Tu conducta es tan obscena como la de cualquier otro sujeto antisocial: la sociedad ha decidido cuál es el grado de reparto de la riqueza y colaboración que queremos: los demás seres que te rodean están siendo estafados con tu conducta, porque tú, al parecer, te crees que vales más que los demás. La opinión mayoritaria no te vale (aunque te digas demócrata). 

           En definitiva, lo mismo que los chicos en el recreo: ¡Si no me hacen capitán del equipo, no juego! ¡Si eso no es penalti ,me voy! Eso incluso aunque seas tú el que traigas la pelota. 



         (*) De ahí la anécdota que se atribuye a Russell cuando se negó a dar limosna a un mendigo alegando "Señor, yo soy socialista y los socialistas no damos limosnas". 



          (**) Algo que en Túnez venían haciendo durante décadas.

5 comentarios:

  1. El veneno del neoliberalismo consiste en hacer creer que la libertad irrestricta es el valor supremo, cuando en realidad en el sistema que de verdad están proponiendo se es mucho menos libre (en el sentido de cuántos individuos tienen libertad: sólo los ricos).

    Predicas en el desierto; las verdades evidentes no son escuchadas hoy en día.

    Un abrazo,
    Antonio

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  2. Solidaridad: Que el grado de solidaridad nos viene impuesto está claro. Nos viene impuesto vía impuestos e impuesto vía punta de pistola. Por otro lado ya te has encargado de dejar bastante claro que efectivamente es el caso de ambas formas, más abajo.

    Yo he encontrado la siguiente definición de solidaridad: "a union of interests or purposes or sympathies among members of a group" (cosas del gugle, porque yo lo introduje en español) que coincide con el concepto que yo tenía previamente en mente: la solidaridad no deja de ser un seguro, un seguro social, puesto que nadie estamos libres de caer en desgracia (bien sea porque caigamos directamente o por que alguien cercano a nosotros lo haga).

    A mi me parece bien la solidaridad. Me parecería mucho mejor si se pudiera elegir libremente, es decir, elegir el grupo de personas entre las que quiero ser solidario y que no sea, obligatoriamente, toda la sociedad (porque hay mucha gente en ella con la que me gustaría ser totalmente insolidario).

    Por supuesto entiendo que eso es un ideal (en éste momento) y que tendrá que ser café para todos. Y por supuesto comparto que si es café para todos, tiene que ser para todos.

    Moral: En cuanto a la ética o la moral y las leyes, claramente son cosas distintas. Las leyes deben fundamentarse en la ética, pero desde luego dista un mundo entre unas cosas y otras (por otro lado lo ético también depende de la corriente filosófica, pero no entraré en profundidades). A partir de ahí está claro que la ley debe respetarse por todos y que hay que hacerla cumplir, y no seré yo quien diga lo contrario.

    También añado que no paro de incumplir las leyes en muchas ocasiones (particularmente en materia de tráfico). No, no me siento para nada orgulloso, pero en ocasiones cometo errores de cálculo, o me rebelo contra una norma que encuentro absurda, o la legislación es tan intrincada que no hay manera de cumplirla o, simplemente, no soy capaz de cumplirla escrupulosamente a la vez que consigo otros objetivos que considero más importantes.

    Sócrates se dejó ajusticiar por las leyes atenienses aunque se cometiese con él una injusticia porque él situaba el acatar la ley por encima de todo lo demás. Si, como dijo Platón de él, fue la persona más buena que había existido, supongo que ese será el comportamiento moralmente más aceptable. Yo confieso que no tengo vocación de mártir. Es importante cumplir las leyes, pero es para mi más importante procurar que el impacto de mis acciones sea más positivo que negativo. Dicho lo cual cuando me para la Guardia Civil asumo que he infringido el código de circulación y punto.

    Democracia: Si la democracia es un sistema en que se hace lo que dice la mayoría, pues bien, yo no soy demócrata. Ese sistema así descrito se parece mucho al de Salem del siglo XVI. Por esa regla de tres no pararemos de justificar los abusos de la mayoría a cualquier minoría y, no nos olvidemos, al final todos formamos parte de varias minorías y en última instancia de una: el individuo.

    Esto es perfectamente compatible con que “seremos lo que queramos ser”, con lo que estoy completamente de acuerdo. A éstas alturas de la vida y de la tecnología deberían establecerse mecanismos de participación de la ciudadanía en la cosa pública para que el poder estuviese más en la gente que en la guardia pretoriana de los partidos políticos, que están repitiendo la historia de nuevo, nombrando senadores ... a caballos.

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  3. @AMT: como bien sabes la libertad no es irrestricta, sino que termina donde empieza la del otro. Si no fuese así, no se estaría defendiendo la libertad, sino la libertad de unos frente a la de otros.

    Eso es precisamente lo que postulan todas las ideologías colectivistas: la libertad de la masa está por encima de la del individuo, es decir, al final la libertad de unos está sobre la de otros.

    ¿Que libertad cercena el liberalismo?. ¿La libertad de ir en jet de Valladolid a Oklahoma sino tienes el dinero suficiente?. ¿Eso es una libertad, eso es un derecho?. ¿Qué derechos fundamentales se ven recortados por el liberalismo?

    (seguramente no estaremos de acuerdo en qué son derechos fundamentales)

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  4. Exacto. Si todos pagasen, todos pagaríamos menos.

    Varas de medir:

    http://www.elpais.com/articulo/economia/banqueros/mudan/paraisos/fiscales/eludir/control/retribuciones/elpepueco/20090917elpepueco_5/Tes

    http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/contrainformacion/0056_super_ricos_marketing_05agos2010.html

    http://www.elpais.com/articulo/economia/Carceller/simulaba/vivir/fuera/Espana/hace/anos/elpepueco/20100708elpepueco_6/Tes

    http://www.attac.es/escandaloso-trato-de-favor-de-hacienda-a-las-fortunas-pilladas-con-cuentas-en-paraisos-fiscales/

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=121418&titular=f%F3rmula-capitalista-de-evasi%F3n-fiscal-

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  5. Prueba manifiesta de que hay leyes muy injustas y eticamente poco coherentes.

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