Bajo la idea de que el blog (a diferencia de los mercados) se autorregula, soy reacio a recomentar las aportaciones de los lectores, para que no se convierta esto en “la Noria”, y porque muchas veces las contradicciones en las que incurren en sus planteamientos son tan notorias que cualquiera las puede detectar con la simple lectura del comentario (y no personalizo para evitar nuevas “huelgas de opinión” de quién, por otro lado, esta observación no va con él).
Pero hay una opinión interesante (y equivocada) de un lector y empresario (rara combinación) que sí merece un comentario, toda vez que, en algún momento, iba a ser objeto de desarrollo en este blog: la pretendida subida de los salarios a lo largo de la historia, “incluso por encima del IPC”, lo que ya da una idea de la confusión entre lo monetario y lo real que tiene el autor.
Aquí, por cierto, hablaremos de la evolución REAL de las rentas salariales.
Aquí, por cierto, hablaremos de la evolución REAL de las rentas salariales.
Voy a argumentar en tres órdenes: aplicando el sentido común, describiendo la teoría, y, finalmente, contrastando datos. Empezaré por el primer punto que, por escaso, es normalmente el más difícil de explicar.
Lo que dicta el sentido común: Antonio, en su recontestación, precisamente aplica este sentido, tan extraño entre los mortales. Dice: “Cuando yo era niño lo típico era que trabajaba el padre y se pagaba la hipoteca y se vivía. Ahora, lo típico es que han de trabajar los dos y a ver si llegamos a fin de mes. Más claro retroceso del poder adquisitivo es difícil de encontrar...” y, efectivamente, “lo clava”; sólo le falta añadir que encima tienen jornadas laborales “por hache o por be” cada vez más largas, que marchan de casa a las siete u ocho de la mañana y que no regresan hasta las nueve de la noche: los más afortunados logran ver cinco o diez minutos a sus hijos. Esto no es una estampa dickensiana, es lo que sucede todos los días en cualquier gran urbe del mundo occidental.
El club de fans de Abadía Retuerta(*) dirá que en el pecado llevan su penitencia porque si no se les antojara tener de todo y vivir a todo trapo no tendrían que trabajar tanto. Pero lo cierto es que el ser humano siempre aspira a vivir dentro de la sociedad que le rodea, de acuerdo con el desarrollo humano de esa sociedad. Evidentemente si fuera desnudo, viviera en la copa de un árbol y no tuviera necesidad de comunicarse, no necesitaría prácticamente trabajar, pero si quiere formar parte de una Sociedad con un elevado índice de desarrollo humano la cosa cambia. Y, para ello, tienen que trabajar los dos, tragar con jornadas maratonianas, renunciar a tener hijos... pues la alternativa es acabar saliendo en algún capítulo de “Callejeros”. Como en su día comentó el filósofo Santiago Alba Rico, acusar de egoísmo a los matrimonios que no han querido tener hijos o han tenido pocos es de una bajeza moral sin límites (además de cornudos, apaleados).
Lo que dicta la teoría: el capitalismo, por definición, tiene que conseguir siempre vender más barato, para lo cual no le queda más remedio que producir cada vez más barato (¡Qué bien!, diría Hank). Para producir cada vez más barato no hay más remedio que “abaratar” las “máquinas y los obreros” (para simplificar), que es lo que se emplea en la producción (las mercancías que entran al proceso productivo ya fueron fabricadas antes por máquinas y personas). En ambos casos (“maquinas y obreros”) el abaratamiento se puede hacer o comprándolos más barato o “estrujándolos” más. En concreto y por lo que se refiere a las máquinas, los avances tecnológicos son aliados del capitalismo (pero no en el sentido que piensas con la “chuminez” de tu Ipad) que permite inventar máquinas que producen más unidades por hora, con menor consumo energético, con mayor vida útil...
Por lo que respecta a las “personas” (sí, sí, los trabajadores también son personas), que además son obreros, la forma de abaratar es también la misma: o consigo que hagan más cosas por unidad de tiempo que las que hacían antes o les pago menos cada día. Y en este dilema estamos, porque un “aumento de productividad”, palabra tan bonitamente empleada por las fuerzas conservadoras (declaradas o vergonzantes como nuestro gobierno) implica NECESARIAMENTE una reducción del precio del trabajo, vulgo “salario”. Otra cosa es que el obrero no lo note, o incluso lo agradezca, porque si le dan un PC y una hoja excel, y si sabe usarla, podrá sumar muchas más cantidades que “a mano” y con menor esfuerzo físico e intelectual. Pero el resultado final es que, recibiendo el mismo sueldo y haciendo ahora muchas más sumas, su retribución por unidad de producto (cada suma) ha bajado: vamos que hace el trabajo que antes hacían dos, por el precio de uno.
Este ejemplo es especialmente bueno porque permite hacer una disgresión sobre “el aumento de la productividad” tema tan manido. En primer lugar se ve que para que ese fenómeno se produzca se necesita de una combinación de factores humanos y materiales: en primer lugar el capitalista ha tenido que comprar y poner a disposición del obrero un PC, después ha tenido que enseñarle el manejo. Finalmente una vez que ya se desenvuelve con la hoja de cálculo, despedirá al otro empleado que hacía las sumas, pues ya es suficiente con uno.
Si el capitalista, en lugar de invertir en esos medios, siguiera manteniendo el cálculo de sumas “como siempre” la empresa acabaría cerrando por no poder afrontar la competencia de otras empresas que sí invirtieron en el proceso de modernización tecnológica: como consecuencia los dos obreros al paro. Luego el incremento de productividad es malo para el paro, pero la pérdida de productividad es todavía peor. Así se mueve la clase trabajadora en el capitalismo, siempre debatiéndose entre lo malo y lo peor.
Existe una última alternativa, que podríamos llamar “a la española”: consiste en seguir con papel y boli haciendo sumas y, ADEMÁS, rebajar el sueldo a los “sumadores” para compensar el mayor coste por unidad (“cada suma”) de esta empresa de cálculo frente a sus competidoras.
La opción de comprar el PC e instruir al trabajador y la de rebajar el sueldo y seguir “a mano”, son, en realidad equivalentes: en el primer caso el obrero adiestrado produce el doble por el mismo sueldo; en el segundo caso los dos trabajadores producen lo que uno adiestrado y en consecuencia cobran la mitad que antes. Esto se debe a que el tiempo medio empleado por unidad de producto (“suma” en este caso) y lo que el capitalista retribuye (a coste de reproducción de la fuerza laboral, nunca por su valor) es el tiempo medio empleado en una tarea, que, al haber disminuido, se paga menos. Así y sólo así funciona el capitalismo y, como a la vista salta, no hay posibilidad alguna de que las retribuciones a los trabajadores suban “por razón de la mayor productividad”. Es triste pero es así: la culpa es del proceso de producción de bienes y servicios capitalista. “Es el capitalismo, estúpido” habría que decir.
¿Por qué, pese a todo, pudieran subir las rentas salariales? Porque el coste de reproducción de la fuerza del trabajo no es el mismo en los trabajadores que sólo sirven para tirar de un carro, que en los que te operan los ojos con cirugía laser: en el primer caso con un poco de alfalfa y orujo está el asunto despachado; en el segundo se necesita más cuidado para que no se estropeen: hay que echarles de comer tortillas deconstruidas o platitos de ibéricos; tendrán que leer el "Marie Claire" y hacer que parezcan más finos e interesantes para que no se depriman y se corten las venas: manicura, depilación integral, "burberrys " y "lacostes", a poder ser con la banderita de España en las costuras de los cuellos y mangas... Además son menos en número, algo ha costado formarles y que ahora se pierdan es como si se muriera “Fifí”. ¡Da una penita!
Lo que dictan los datos: Bueno, vamos a ver si se cumple la teoría según la cuál las rentas salariales no pueden crecer en el capitalismo, o si lo hacen, nada tiene que ver con la productividad. Si miramos los “Employment outlook” de la OCDE, por ejemplo el de 2.007(**), vemos que en los países de la OCDE los salarios subieron una media anual del 1,8% entre 1.995 y 2.005 y del 0,7% en los cinco últimos años del periodo analizado, muy por debajo de la inflación en esa zona en ese periodo (***).
Por si los lectores liberales no se han percatado, existe una falsa contraargumentación, articulada por ese gran sabio neoliberal, que en El País del 22 de julio de 2.007, la expone de la siguiente manera: "Si hay un padre que trabaja y gana 2.000 euros y su hijo está en paro, el salario medio en la familia es de 2.000 euros. Si su hijo empieza a trabajar y cobra 1.000 euros, el salario medio pierde una cuarta parte. Por tanto, una bajada en el salario medio es claramente compatible con un aumento de la renta general"(****)
Pues precisamente eso, Perico: aunque el porcentaje de las rentas salariales aumenta en tu “renta general” también se está produciendo un ajuste a la baja de las rentas salariales por virtud del cuál los nuevos obreros entran “a precios de mercado de la fuerza de trabajo”, es decir, pagados, en el mejor de los casos, como mil euristas: los trabajadores antiguos perviven algo mejor pagados porque, a diferencia del caso de los “fabricantes de sumas” que vimos antes, el empresario no puede bajarles el sueldo: pero sí puede cerrar la empresa y abrir otra y recontratarles a mitad de precio, o puede esperar a que se jubilen y coger a “guajes” a mitad de precio, o esperar a que el Gobierno le facilite el despido de los que tiene... o cualquier cosa, antes de comprar un PC, un excel y darles la formación...
Pues precisamente eso, Perico: aunque el porcentaje de las rentas salariales aumenta en tu “renta general” también se está produciendo un ajuste a la baja de las rentas salariales por virtud del cuál los nuevos obreros entran “a precios de mercado de la fuerza de trabajo”, es decir, pagados, en el mejor de los casos, como mil euristas: los trabajadores antiguos perviven algo mejor pagados porque, a diferencia del caso de los “fabricantes de sumas” que vimos antes, el empresario no puede bajarles el sueldo: pero sí puede cerrar la empresa y abrir otra y recontratarles a mitad de precio, o puede esperar a que se jubilen y coger a “guajes” a mitad de precio, o esperar a que el Gobierno le facilite el despido de los que tiene... o cualquier cosa, antes de comprar un PC, un excel y darles la formación...
En cualquier caso, los datos son tozudos: los salarios, aquí y en la China Popular, están ligados en sentido INVERSO (inverso, sí, Hank, inverso) a la productividad mundial (la de todos los países y ramas de actividad): cuánto mayor sea, menos cobraremos los trabajadores; así es de paradójico el sistema económico que defiendes.
(*) El chiste se me ha ocurrido ahora. No sé si me lo ha inspirado su ojo con los problemas reales de la economía o los vapores etílicos con los que parece que se inspira. ¡Eso sí, buen vino, de Ribera!
(**) No voy a revelar los trucos tipo “rincón del vago” de este blog.
(***) En España los salarios descendieron un promedio anual de -0,5% durante el primer período y de - 0.3% durante el segundo período y siguen haciéndolo en posteriores informes a pesar de este Gobierno “tan” socialista.
(****) Si este es el listo, ¿qué podemos esperar de la tonta?
Buenas.
ResponderEliminarLo de que los sueldos han subido por encima del IPC lo dicen los titulares de prensa, pero sin embargo lo que ha subido por encima del IPC son los salarios de los convenios, salarios que no se corresponden con los de mercado y que suelen ser muy inferiores a éstos. La excepción a esto son las grandes empresas, aunque en algunas también se cuecen habas y padecen esta situación.
Dicho lo anterior el truco es muy fácil: la empresa contrata a un trabajador por un salario por encima del convenio sectorial, ya que los sueldos de este convenio son irrisorios y por ese dinero no trabaja ni rita, y como éste trabajador cobra por encima del convenio le reabsorbe la subida del IPC.......y sobre el papel todo pinta bonito, los salarios del convenio sectorial han subido por encima del IPC pero no los salarios de sus trabajadores.
Resumiendo, que no vendan la moto de que los salarios han subido mucho, porque es falso.
Hombre, creo que ya sé quién es anónimo (qué frase más absurda en sentido literal). Si tengo razón esto se va convirtiendo cada vez más en un cotarro de amigotes ;)
ResponderEliminarLa verdad, Hank, es que esta vez te lo han puesto difícil. De hecho, yo hace tiempo que tengo la intuición de que el aumento de la productividad lleva implícito un descenso de la retribución, con lo que no puedo estar más de acuerdo con el post. Queda por aclarar, como Hank seguramente creerá si le conozco bien, si se pueden crear empleos de alta productividad para compensar la destrucción de los de baja. Yo creo que no.
Al margen de la cuestión de la productividad, los datos sobre los salarios resultan difíciles de rebatir. A mí me sonaba el análisis de la OCDE, y lo chungo es que es la OCDE la que lo dice, no una tropa de marxistas... Qué chungo que lo tienes esta vez, qué chungo...
Salu2,
Antonio
@Antonio: si, que chungo!, que chungo! Fue lo primero que pensé al leer el post justo después de colgar contigo. Tus palabras fueron profeticas, se ha "ensañao" el tío. Vamos a ver como nos defendemos ...
ResponderEliminarEn mis comentarios anteriores me refería conscientemente a la subida de los salarios por encima del IPC. No se me pasa desapercibido que el poder adquisitivo puede ir por otro lado, de hecho yo también comparto la impresión de Antonio. Y es que hay muchos bienes básicos (no se si imprescindibles, pero básicos) que han subido mas que el IPC.
Pero no acabo de entender los datos que proporcionas. Cuando dices que los salarios nominales de los trabajadores han crecido ligeramente por debajo de la inflación, te refieres al salario medio?. Ósea, ha sido la entrada de nuevos trabajadores la que ha bajado la media, lo cual es perfectamente compatible con que los trabajadores en activo hayan visto sus salarios incrementados según el IPC o mas, que es la tesis que yo he venido manteniendo (aunque esto no quiera decir que necesariamente que hayan mejorado su poder adquisitivo).
La productividad consiste en un ratio P/CP, donde P es la producción y CP la capacidad de producción o, dicho de otra manera, los recursos y tiempos empleados. Incrementar la productividad es bueno, porque permite reducir ineficiencias y despilfarro, permite, por ejemplo, que un coche gaste 5 litros a los 100 en vez de 10 (lo que le gustara mucho a Antonio). También permite que una persona sea capaz de generar mas producción por hora que antes. Eso no necesariamente se traduce en mas dinero para el trabajador o para la propia empresa, dependerá de en que medida es la empresa capaz de crear valor con ese incremento de productividad o simplemente le permite mantener su posición de competitividad. En todo caso hay mas bienes disponibles por unidad de tiempo trabajado, por tanto o bien es un incremento del salario nominal para el trabajador - productor o del poder adquisitivo del trabajador - comprador.
Lo racional es que los incrementos de productividad tienden a generar valor para la empresa y esta los reparta entre los agentes (accionistas, dirección, trabajadores, clientes, proveedores, ...) que lo han creado (al menos en teoría)
El problema que tenemos en España es que no hemos sido muy hábiles incrementando nuestra productividad, de manera que para comprar lo mismo hemos tenido que trabajar mas y mas horas. Si debemos de ser de los países de Europa en que mas horas pasamos en el trabajo!
Es nuestra asignatura pendiente, y no es una fácil, porque exige inteligencia. Voy a utilizar un ejemplo relacionado con el de tus sumadores: en España aun no hemos aprendido a utilizar la informática. Por supuesto que mucha gente sabemos manejar el ordenador y los tenemos a nuestra disposición, pero no es eso. La informática en España ha servido para producir mas papel por unidad de tiempo, papeles que luego nadie lee ni sirven para nada. Eso no proporciona mas valor. Nos hemos limitado a adaptar la informática a nuestros usos y costumbres, cuando realmente lo que hay que hacer primero es cambiar nuestras formas de trabajar para aprovechar las posibilidades que nos proporciona la informática.
Y si, tengamoslo claro, si no ponemos materia gris en nuestras horas de trabajo, no seremos mas productivos, y por tanto no ganaremos mas. Y si encima en el mercado laboral nos aparecen los del arroz, entonces nuestras horas de trabajo puramente manual valdrán menos. Por eso bajan los salarios a nivel mundial, porque han entrado en la dinámica los del arroz, que por cierto, también son personas.
Enviado desde mi chuminez de iPAD (la sigo recomendando, seréis mas productivos!)
Prometo que si este año me suben el ipc me compro el IPAD :P
ResponderEliminarse caldea el ambiente. estoy de acuerdo con el comentario de Antonio sobre que antes con un sueldo bastaba y ahora con dos no llega (creo que alguna vez puse algo parecido por aquí). ésa sí es una prueba empírica observable por cualquiera sobre la pérdida de calidad de vida.
ResponderEliminarcosa distinta es el poder adquisitivo. tampoco recuerdo que en aquellos maravillosos años que la gente se fuese al Caribe a pasar diez días y luego otro par en Ibiza y en otoño a Nueva York. la mayoría con ir al pueblo a veranear teníamos de sobra. los más afortunados iban a Benidorm en familia extendida a un apartamento pequeño y el que se iba a Mallorca era realmente "rico".
quizá el problema, desde el punto de vista social, es que hemos confundido calidad de vida con poder adquisitivo.
en cuanto a lo de crear empleo de mayor productividad no lo veo tan imposible, es cuestión de apostar por ello. En este sentido, el caso de Israel (al margen de otros temas) es muy relevante, pero esto no se hace de un día para otro, llevan más de 30 años en ello.
Buff ... Runner, me parece que mentando a la bicha (Israel) has caído con todo el equipo ...
ResponderEliminar@Arkngel: y además desgrava! :P
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