"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Aterriza como puedas III


3.- Factor político.

(Alta política, la “baja” ya se la dejamos a los políticos)
          En las asignaturas del tipo “políticas públicas” y otras yerbas se estudian dos modelos de toma de decisiones: uno basado en la planificación, atribuida a Herbert Simon, se denomina racionalismo, y presupone un conocimiento total y absoluto de la información necesaria para la toma de decisiones, una identificación de todas las opciones posibles, el examen de todas las consecuencias de todas esas opciones y la elección de la opción que más se adecue a una serie de valores y objetivos establecidos. Algunas derivadas de este modelo son, la existencia de valores absolutos, la necesidad de grandes herramientas para poder obtener y analizar un conjunto muy elevado de información, y probablemente la necesidad de implantar una planificación central. La dificultad de implantar este modelo en la práctica hace que se le considere un modelo normativo (“lo que se debería hacer”), más que un modelo descriptivo (“lo que realmente se hace”).
          El otro modelo se denomina incrementalismo, y su adalid es Charles E. Lindblom. Se trata de un modelo basado en un examen de sólo algunas de las opciones, renunciando a un conocimiento absoluto de la información, opciones y consecuencias de las decisiones. Se analizan un conjunto pequeño de opciones que difieren unas de otras sólo en aspectos marginales. En consecuencia nunca se adoptan grandes decisiones que supongan un punto de inflexión en una política determinada, sino que se van adoptando decisiones que producen pocas alteraciones, en un proceso de comparaciones sucesivas limitadas. La implicación de los valores tampoco es la misma; los valores pierden el carácter para definir una buena política y la piedra angular pasa a ser el acuerdo: una política es buena si suscita el acuerdo de las partes. Este modelo se considera más descriptivo que normativo, porque indudablemente refleja mejor lo que, en la práctica, acontece en las democracias occidentales, pero también tiene un componente normativo interesante: es lo que sus defensores creen que se debería hacerse en cualquier democracia.
          Conviene saber que detrás de estos modelos subyacen profundas diferencias ideológicas: se formularon en los años 50, en plena “guerra fría” y se daba a entender que el modelo racionalista se apoyaba en las economías planificadas (como la soviética, pero, ¡ojo!, también se consideraba en ese grupo a la francesa), mientras que el modelo incrementalista parecía el propio de la democracia y de la economía estadounidense.
            Tampoco está mal saber que este modelo incrementalista, del que algún lector (Hank) ya se habrá rendido a sus encantos, se denomina “ciencia de salir del paso” (“muddling through” la denomina el propio Lindblom), o “irse por las ramas” y seguramente habrá variantes más castizas del tipo “pan para hoy, hambre para mañana”, “andar a la que salta”, “tente mientras cobro”... Las decisiones tomadas siguiendo esta escuela saldrán “hechas un churro”, no por el número sino por la morfología de ese grasiento producto.
            Con lo que sabemos del conflicto de los controladores, su génesis, las decisiones políticas tomadas hasta la fecha, etc, etc, etc... responden a la perfección al modelo “incrementalista”. Y creo que esto es una demostración más de quién sigue esta técnica, más tarde o más temprano, acaba recibiendo “una manita”.

4 comentarios:

  1. Comandante, una interesante reflexión sobre el tema desde una perspectiva más filosófica:

    http://pablolopiz.blogspot.com/2010/12/estado-de-alarma.html

    Yo no defendería tan acérrimamente a un colectivo que gana tanto dinero, pero comparto plenamente el fondo del artículo.

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  2. Es imposible tener toda la información, no ser capaz de identificar ni examinar todas las consecuencias y, por supuesto no todos compartimos valores y objetivos (aunque la verdad sea una), por tanto el modelo racionalista o de economia planificada es inviable, y en la práctica solamente es aplicable por la fuerza: el que se mas fuerte impondra sus valores y objetivos a los demas y tendra exito (para él) en la medida en que disponga de suficiente información y previsión.

    Tampoco me veo reflejado en el incrementalismo. Yo pienso que se debe actuar en funcion de la informacion de la que uno dispone (que es parcial), y considerando las consecencias que uno es capaz de contemplar (que no son todas), y uno debe actuar segun sus valores y objetivos, y luchar por ellos con todas las consecuencias. Lo que no puede hacer es imponerse por la fuerza a los demas (al menos no iniciar el uso de la fuerza).

    El problema de una economia y sociedad intervenidas por el Estado es que las relaciones ya estan implicitamente constreñidas por el monopolio de la violencia del Estado. Necesariamente se genera una dicotomia: o hay acuerdo o se impone.

    En una economia y sociedad no intervenida, si no hay acuerdo cada uno va por libre y asume las consecuencias.

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  3. Hank, Hank, Hank... ¿Cómo que no hay valores universales, o que, si los hay, no podemos aspirar a ellos? ¿Cuántos "copitos", cuántos curas empleados en tu educación para nada?.¡Qué decepción! Si te oyera el P. Barrero, hoy adjunto al General de la Orden...
    ¡Cría cuervos y te sacarán los ojos!

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  4. Pinchas en hueso, Comandante; Hank no es creyente, salvo en el libre mercado.

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