(Ya lo que queda es más ligero que el de ayer)
2.- El factor mediático:
Según las estimaciones de AENA, el abandono injustificado del puesto de trabajo de los controladores afectó a unos trescientos mil pasajeros. Bajo la suposición de que todos ellos fueran españolitos, estaríamos hablando de un colectivo perjudicado de apenas el 0,7% de la población total de este país. Conviene poner este dato en valor, junto con el hecho de que, todos los días, en los Metros y cercanías de las principales ciudades de este país, se mueven más de diez veces esa cantidad de viajeros; con dos diferencias importantes respecto del grupo anterior: un menor poder adquisitivo y una razón distinta para tomar el medio de transporte: ir a trabajar, no ir de vacaciones(*).
Pero el interés mediático de esta gente es mucho mayor que el que despertaría, por ejemplo, un caos en las cercanías debido a una nevada, o una huelga salvaje en el metro, aunque el número de personas afectadas por estos contratiempos sea más numeroso. Los medios, siempre tan sensibleros y tan alejados de la realidad, venden "carnaza" y que mejor carnaza sensiblera, que mostrar a familias y familias que ven frustradas sus vacaciones, su "eurodisnei", su Cancún... ¡Cómo aguantan los pobrecitos, horas y horas, durmiendo en el suelo, sufriendo penalidades...! con una abnegación que sin duda despliegan también en otras causas, quizá más pobres, como ir al trabajo, estudiar con sus hijos, cuidar de sus ancianos...
Lógicamente, en los primeros momentos, los “tonisgarridos” o “yemasniergas” que en el mundo han sido, es normal que se centren, con su “vocación de servicio público” en recoger testimonios de afectados, que, unánimemente, muestran su enfado, mientras reclaman lo que ellos llaman “información”, pero que en realidad quieren decir “solución” o, más bien, “su solución”. Pero lo que ya difícilmente tiene un pase, es que los mismos medios, sigan día tras día, mostrando los mismos “testimonios humanos” y que se incorporen, en calidad de expertos, personajes de la talla de Belén Esteban o los hermanos Matamoros (Hermann o Benito, no los distingo). La guinda la puso el miércoles Comando Actualidad, donde pudimos ver la tragedia de una pareja valenciana, “pobrecicos” ellos, que pensaban casarse en Las Vegas (¡mola mazo!, ¡eh!), y que, acompañados de su parentela, en número de una treintena (todos ellos con su correspondiente huella de carbono al hombro), tuvieron que quedarse en tierra, demostrando que, al menos en este caso, los controladores habían cumplido el papel del “Tío La Vara”.
En la otra parte, la “barra brava” de los controladores, tampoco puede presentar ejemplares más mediáticos: un portavoz sindical con pinta de pijo guaperas, que parece primo hermano de Ricardito Bofill, una "monja opusina de tous" al borde de un ataque de nervios... ¡Si parecen sacados del imaginario que tenemos en la cabeza al pronunciar la palabra “controlador”!.
Y todo esto, qui prodest?: Subida de la audiencia televisiva, periódicos vendidos como nunca, ingresos publicitarios a mansalva: es la noria de lo mediático: ¡ánimo! Solo quedan trescientas vueltas.
(*) Mira que lo había dicho el último día en clase: “este año, con la crisis, en vez de ir a zascandilear por Londres, iremos a zascandilear por la Gran Vía”. Los que siguieron mi consejo se salvaron de la ratonera.
Te has dejado los navarricos que se iban a casar en Cacún con toda la parentela a cuestas. Supongo que luego se iban a manifestar contra el cambio climático, ("¡Abajo el petróleo, viva la gasolina!", como decía un chiste del Roto). Ahora sólo falta saber cuánto tardarán en aparecer en La Noria o uno de estos.
ResponderEliminarVale, vale, pero si se para el metro te quedas tirado cerca de casa. Si se cierra el espacio aereo, a saber donde te quedas colgado
ResponderEliminarSi a menos del 1% de la población se le puede considerar "calamidad pública de gran magnitud", el paro registrado indicaría que deberíamos permanecer en estado de sitio desde hace dos años. Digo yo.
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