"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

viernes, 3 de agosto de 2012

¿Hay alternativas? II


¿Hay alternativas en lo financiero?

         Lo “financiero” es una parte de lo económico, es el sistema circulatorio de la economía real. Pero como quiera que el capitalismo no obtenía la tasa de ganancia esperable por su capital (que por una serie de catastróficas desdichas resulta ser decreciente) decidió empezar a alimentarse (en ese apetito desmedido que ayer vimos que se conoce como la “reproducción ampliada”) con su propia sangre (o más bien con la de los demás): ¿Dónde se pueden conseguir tasas de rentabilidad del 6, del 18, del 30 o 50%? Desde luego no fabricando productos, operando a pacientes, comerciando con peluches, o haciendo carreteras. Esas tasas de ganancia sólo se obtienen en un sitio: en el casino: había, por tanto, que abandonar la vieja idea de aumentar el capital lanzando al mercado una serie de bienes y servicios que retornaban, una vez enajenados en más dinero del que se puso, y crear un nuevo lugar donde lanzar capitales y retornarlos en mayor cuantía: el “casino financiero” que por un lado permite apostar fuerte prácticamente contra cualquier cosa (los seguros) o comerciar con posiciones deudoras o acreedoras (créditos y deudas) generadas o no en el tráfico mercantil. Y en esas estamos.

        ¿Hay alternativas? La verdad es que veo también una pléyade de ideas, sugerencias, ocurrencias y simplezas difíciles de digerir. Las “alternativas” también se dividen en “remendonas” y “rupturistas”. Entre éstas últimas las hay francamente divertidas como las que pretenden la desaparición del dinero o el crédito sin más, quizá aplicando la misma receta que, en medicina, aconseja al paciente con cáncer de sangre desangrarlo para que siga viviendo. El dinero, el crédito, la letra de cambio, el pago o cobro a futuro, los bancos y los prestamistas no son instituciones capitalistas, y probablemente sean necesarias bajo cualquier sistema económico, como no sea el de las primitivas sociedades de cazadores-recolectoras. Lo que hay que hacer es reconducir la economía financiera y someterla a la economía real: si la economía real es el capitalismo habrá que someter al sector financiero a las necesidades del capitalismo productivo, pero eso no es suficiente.

           Existen al menos dos aplicaciones que el sector financiero tiene para el capitalismo productivo que también son muy discutibles: el capitalismo productivo se ha basado, durante décadas, en el sector financiero para engañar a los trabajadores permitiéndoles adquirir un conjunto de bienes y servicios por encima de sus salarios reales: de esa forma el empresario se ha ahorrado costes salariales, pues nunca ha tenido que pagar al obrero la cantidad necesaria para que este pudiera adquirir todos los productos que sus “compis” (y él mismo) lanzaba al mercado. De esta falsa ilusión de que el trabajador occidental era más rico que nunca, en parte porque vive de prestado en parte porque las cosas están más baratas porque se fabrican en régimen de esclavitud en el tercer mundo, el sector financiero (no especulativo) es también responsable.

         En segundo lugar, el capitalismo productivo entiende que los instrumentos financieros facilitan la conversión del ahorro en inversión, de forma que se pueden, mediante procesos de acumulación (los ahorros de muchos pequeños pueden propiciar una gran inversión) y de desplazamiento (se puede trasladar fácilmente los ahorros desde el domicilio del ahorrador hasta el lugar dónde se necesita realizar la inversión) favorecer el desarrollo económico. Pero se olvida que, con ello, se favorece la acumulación del capital en menos manos (grandes inversores) y se deslocaliza la financiación que acude a realizar las inversiones más rentables que pueda haber en el mundo, desatendiendo la cercana menos rentable en términos económicos aunque posiblemente más rentable en términos sociales. El capitalista español, envuelto en la “estanquera”, coloca su dinero en inversiones en Marruecos o en Perú, en actividades con mayor rentabilidad, a despecho de los más de cinco millones de desempleados, compatriotas suyos, a los sólos efectos de corear en una fuente, “¡yo zoi, ejpañol, ejpañol, ejpañol!

           La falsa solución de una alternativa “sólo financiera” (banca pública, prohibición de operar a corto, tasa Tobin...) a la situación económica actual muestra aquí su cara más falaz: lo que falla no es “lo financiero”, es el capitalismo, estúpido, el capitalismo.

1 comentario:

  1. Hola.
    En 1º lugar gracias por revelar la verdad ante la enorme cantidad de sandeces que debo escuchar diariamente en la TV.
    Apoyo tu trabajo y desde no hace mucho me convertido en un asiduo seguidor.
    Lo que precisamente me mosquea es eso, leer soluciones claras y contundentes aquí y en otros blogs de la misma índole y luego desengañarme al poner la p... tele!!! solución no verla si ya lo se, pero si divulgo la palabra me tachan de catastrofista.
    A lo que yo pienso, que sigan recortando, que sigan recortando los salarios de las fuerzas que deberán frenarnos cuando el pueblo se levante!!

    ResponderEliminar