5.-
Soluciones mercantiles a la crisis del sector bancario: La
solución a un problema de fondos propios negativos (“maxima
insolvencia”) es, en el ámbito empresarial la misma: por un lado
el concurso y por el otro lado o bien la ampliación de capital y,
por el otro la generación de beneficios.
Esto
en este sector y momento se ha definido como “recapitalización”
la primera, y como “especulación con la deuda pública” la
segunda. Ahora veremos cómo y por qué.
6.-
Recapitalización: Consiste en aumentar el neto patrimonial
participando en los fondos propios de la entidad. Cuando una empresa
tiene este problema los propios accionistas desembolsan esa cantidad
con el fin de que la empresa pueda continuar con la actividad una vez
restablecido el equilibrio entre masas patrimoniales. Por supuesto de
ese dinero que se inyecta no se puede garantizar en absoluto su
recuperación: se han convertido en fondos propios de la entidad de
los que el accionista no conserva ningún derecho de recuperación
(“arriesga en la inversión). Cuando los accionistas no quieren o
no pueden realizar esa aportación buscan otros inversores que lo
hagan.
Esto
es exactamente lo que ha sucedido con el sector bancario: se intentó
en primer lugar la recapitalización entre los propios socios, o con
otros socios privados (SIP, fusiones, salidas a bolsa...) con el
desastroso resultado que se ve ahora, porque todos mintieron:
mintieron al cuantificar la necesidad de recapitalización al mentir
sobre lo dañados que estaban sus balances, y mintieron también
buena parte de los nuevos “socios” (en las fusiones) que estaban
tan mal como ellos pero que aparentaban buena salud.
Ahora
sólo queda el sector público para recapitalizar. Lo hará a través
de los fondos (FROB...) de la misma manera que hemos visto antes:
dinero a cambio de participaciones/acciones (activos financieros), en
algunos casos especialmente garantizadas (por insolventes
reconocidos): es lo que se llama “nacionalización”: el Estado
pasa a ser propietario de la mayoría de las acciones de un banco,
pero, “pequeño truco”, no por su valor real (0 o negativo) sino
por la cantidad que ha tenido que inyectar para que el banco se tenga
en pié.
7.-
¿Pero de dónde saca el Estado el dinero?: No lo tiene, por lo
que lo tiene que pedir prestado a los “mercados”. Pero, con la
crisis actual el Estado también tiene que pedir prestado “para lo
suyo”. Lo suyo es para cubrir el déficit que surge por la
diferencia entre los gastos “propios” del Estado y los ingresos
que obtiene. En el gráfico se ve perfectamente, a partir del
proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2.012, lo que la
Administración Central del Estado necesita pedir prestado “para lo
suyo”: la diferencia entre los ingresos y los gastos por
operaciones no financieras: unos treinta mil millones de euros (a
esto habría que añadir el déficit de las demás administraciones,
autonómicas y locales) para llegar al déficit del conjunto del
Estado).
8.-
A ese dinero a pedir prestado hay que añadir lo que se pide prestado
“para los bancos”. Si repasamos los ingresos y gastos
presupuestados para 2.012 siguiendo la clasificación económica, nos
encontramos con la “ausencia” de los llamados ingresos del
capítulo 9 (pasivos financieros) que siempre se disimulan de forma
que no podamos saber, hasta el final del ejercicio, en cuánto nos
hemos endeudado, pues ese capítulo es el que indica la deuda pública
que hay que emitir y colocar. Pero si “apilamos” los ingresos y
gastos financieros y no financieros conocidos y sabemos que el
presupuesto debería presentarse formalmente equilibrado, ya sabemos
que no deberíamos endeudarnos en más de los ochenta y cinco mil
millones de euros que se indican ahí, de los que, en mi opinión
sólo son legítimos los indicados para cubrir el déficit no
financiero del estado, y, como mucho, renovar la deuda pendiente
(gasto capítulo 9), aun cuándo este capítulo ya llevará una parte
de ilegitimidad. Si finalmente nos endeudamos, como me temo, en el
entorno de los ciento cincuenta mil millones (ya el rescate nos va a
acercar a los doscientos mil millones), nos encontraríamos con el
caso que muestra la pantalla: otros sesenta y cinco mil millones de
deuda ilegítima que habría que asumir.
9.-
Endeudarse no es gratis. Al menos hay tres efectos que hay que
denunciar: por un lado tenemos lo que se llama el “servicio de la
deuda”, que consiste en pagar intereses y devolver el principal. El
pago de intereses se contabiliza en el capítulo 3 del presupuesto de
gastos y ese capítulo SÍ afecta al déficit del Estado, con las
consecuencias conocidas (control de la U.E. Que obligará a reducir
otros gastos como la Sanidad, la Educación...). La devolución del
principal se articula a través del capítulo 9 del presupuesto de
gastos que, como hemos visto, también precisa de financiación en un
escenario como el actual: habrá pues que volver a pedir prestado
para pagar los préstamos vencidos en un ciclo sin fin.
El
segundo riesgo es de la desconfianza hacia el Estado, que aumenta a
medida que pide más dinero porque, al igual que sucede en el mundo
“micro”, cuánto más debes más riesgo hay de que acabes no
pudiendo pagar tus deudas: esto es lo que hace aumentar la prima de
riesgo, o, dicho de otra forma, es lo que hace que se nos pida un
interés más alto porque existe un riesgo mayor de insolvencia. E
incluso, llegará un momento en que no se nos preste a ningún tipo,
por elevado que éste sea, porque se piense, a ciencia cierta, que lo
prestado no va a ser devuelto.
El
tercer riesgo es con la Unión Europea: lo que se se está haciendo,
sustituir al sector privado (que no prestaría a ciertos bancos a
ningún tipo) por el público al que prestan a regañadientes, es
una AYUDA DE ESTADO, prohibida por la Unión Europea: si esto se
acaba considerando así, el Reino de España debería asumir un
expediente de infracción y pagar la sanción correspondiente. Esto
tras el rescate parece que se abandona, o por lo menos convierte en
cómplice a la Unión Europea de las ayudas de estado que a este
sector se están concediendo.
(Continuará...)
(Continuará...)
Buenas comandante, directo al grano, por supuesto que las instituciones europeas son cómplices en el endeudamiento del estado español, como lo fueron cuando hicieron que se creyeron las cifras que daba la banca y el gobierno durante los años de bonanza para disfrutar de pingües beneficios financiando este desaguisado.
ResponderEliminarLo retorcido, lo realmente odioso, es que reconociendo que el problema es el excesivo endeudamiento no se exige recortar en la raíz del problema (mandando a la banca a la casilla primera donde pone "Concurso de acreedores") sino la destrucción del gasto no financiero del estado (Sanidad,Seg.Soc.,infraestructuras estratégicas,etc..) para asegurar el cobro a un tercero, pasándose por el arco del triunfo al ciudadano que también les mantiene a ellos.
Cambiando de tema, por favor, no le deis mucha caña a los austriacos, hombre, no sé que decir, ¡me caen bien!.
Tengo la sensación de ir flojo de aliados en exigir la quiebra de un sistema financiero descapitalizado sostenido por chanchullos de destrucción masiva.
El comentario de las armas de Irak es muy hiriente, por hay quedará alguien que ¿se lo crea?, ya fue duro ver al Sr.Powell hacer promoción-charla-marketing de la Plaiesteison 3 en el consejo de seguridad de la ONU, es triste, muy triste, ante esta situación es lógico exigir un poco de vergüenza pero no me generalice.
Un saludo
Sr. Torpedo, los austríacos son lobos con piel de cordero, desconfía de ellos. Sólo quieren menos Estado para que triunfe el capital con todas sus consecuencias. Lo que dicen sobre los malos de la deuda es correcto, pero su interpretación del Estado como origen de todos los males es risible. Se les ve bastante la patita...
EliminarSr. Turiel tendré en cuenta sus advertencias, no es usted tirador sin tener un buen argumento a mano.
ResponderEliminarTorpedo: ya tienes la tercera parte, la que da la solución que tú esperabas: la quiebra del sistema financiero tal y como lo conocemos: nuevo reparto de rentas y condonación de deudas.
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