"El Ejecutivo del Estado moderno no es más que un Comité que administra los negocios comunes de toda la burguesía" (K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

domingo, 6 de mayo de 2012

Duty Free I


           “Cree el ladrón que todos son de su condición”: eso es lo que le pasa al neoliberal cuándo quiere hacer creer que “progres”, “rojos”, “yayoflautas” y demás especies piensan que “todo es gratis”. Nada más lejos de la realidad, en todo caso, los grandes devoradores de la “sopa boba” son ellos, los neoliberales, acostumbrados a “emprender” con las empresas y capitales heredados de sus padres, a base de subvenciones y contratas públicas, en mercados “cautivos y desarmados” como el celtibérico (así, cuando salen fuera, son la mofa y befa de sus hermanos capitalistas mayores, sardinas entre tiburones). Crean incluso gilipollescos blogs como el “nadaesgratis” y similares, para irnos metiendo en la cabeza que los recortes sociales son, en realidad, el justo precio de los servicios que recibimos y que, como niños en un puesto de “chuches” (que diría Mariano), se nos antojan continuamente como si no costaran nada.

           Mienten y mienten a sabiendas. Llevo cuatro años explicando a los alumnos (y a quién me quiera oír) que aquí, efectivamente, “nada es gratis”, la cuestión es QUIÉN TIENE QUE PAGAR. Nada de pensar que las cosas no tienen coste, que caen del cielo, o que surgen de la nada: los servicios públicos, las prestaciones sociales... cuestan dinero.

           Y aquí, al llegar al nudo gordiano de la cuestión, el neoliberalismo rampante aporta su solución: los servicios públicos, como los demás bienes, los tiene que pagar el usuario, el que los usa, los disfruta o los padece (según su calidad): y ahí el pobre ciudadano, acostumbrado a pagar la luz, el agua, el teléfono, el canal+, claudica y entiende, como lo más justo, que también deba pagar por la Sanidad, la Educación, la policía, los bomberos, la autovía, el metro... De esta perversa idea extraen su corolario: si los servicios los deben pagar los usuarios, no deben ser deficitarios: si los ingresos no alcanzan a cubrir los gastos de un servicio público, lo que hay que hacer es subir los precios que paga el usuario (billete de metro, tasa universitaria, peaje, copago...).

             Nada más lejos de la realidad: la idea de pagar por lo recibido es injusta y regresiva (o puede serlo): de la misma forma que los bebés no pagan sus “dodotis” (aunque cuestan dinero y bien que los usan) no se debe hacer un silogismo entre coste de servicio y pago por el usuario. Desgraciadamente son muchos años de pensamiento único y de gobierno PPSOE incidiendo en la idea de que se pagan impuestos por los servicios que se reciben para que ahora, en dos minutos, la gente se caiga del caballo y se dé cuenta de que impuestos (y contribuciones y tasas y precios públicos y privados) y servicios no tienen por qué ir unidos: se pagan impuestos por lo que se tiene o gana (capacidad económica) y se recibe por lo que se necesita (prestaciones sociales). Quizá, en su origen, la culpa de todo la tenga Radio Futura y aquella cancioncilla que decía “Yo pago MIS impuestos/ y tu eres MI enfermera de noche”: de esos polvos (nunca mejor dicho), estos lodos.

              A la idea neoliberal de pago por uso, e ingresos y costes equilibrados hay que oponer un análisis coste-beneficio que, en primer lugar incorpore los costes y beneficios sociales además de los puramente monetarios, a continuación indique quiénes son los verdaderos beneficiarios de un servicio público (y no los aparentes) y, finalmente, discuta si esos verdaderos beneficiarios deben o no afrontar el coste (y en qué cuantía) del servicio.

           A propósito he descartado el viejo truco neoliberal de centrar el debate en el coste monetario del servicio, para, como ellos hacen, añadir enseguida lo “insostenible” que resulta: la falacia consiste en desviar la atención al hecho de que los servicios sociales son una cuestión “de reparto”, de a qué destinamos los beneficios de la actividad económica, por lo que nada “es caro o barato” ni “lo podemos o no pagar”: todo se puede pagar mediante la redistribución vía impuestos, destinando más cantidad de beneficios (en los bolsillos de los que más tienen) a pagar esos servicios. Esto lo veremos muy claramente cuando analice el sistema de pensiones, pero resulta evidente con un ejemplo: cinco amigos podremos ir a comer todos los días del año a Arzak, aunque cuatro de ellos sean “ceroeuristas”, siempre que el quinto sea, por ejemplo, Adolfo Domínguez: sólo es cuestión de que sea éste último el que pague la factura, de grado o por la fuerza: por la fuerza de un sistema coactivo (el Estado) que imponga la redistribución,

        En la serie de post que iré publicando sucesivamente los siguientes días, y, a modo de argumentario antineoliberal, realizaré este análisis para los siguientes servicios públicos: el metro, la educación, las autovías, la Sanidad y las pensiones, por ser los temas más candentes. Se admiten sugerencias para incorporar más elementos a la serie.

      Empiezo por el metro (y en general el transporte público), como aperitivo, porque es un tema que ya se ha tratado en este blog: en apariencia el beneficiario del metro es el usuario, y en la visión neoliberal así es. Pero lo cierto es que el primer y mayor beneficiario del metro (y del transporte público) es aquella persona que tiene propiedades cerca de una estación de metro (parada de autobús, estación de tren...) porque su propiedad se revaloriza enormemente, lo que le supone, o bien mayor ganancia patrimonial si la vende, o aumento de sus rentas, si la alquila.

     El segundo mayor beneficiario del metro es el empresario/empleador que consigue, tener, a pie de fábrica a sus obreros (“blue or white collars, of course”) de una forma barata y eficaz. Si no existiera el transporte colectivo, tendría que pagar más a los trabajadores, construir aparcamientos en la empresa, fletar autobuses o habilitar vehículos para el transporte de ganado (la opción favorita del empresario español)... Todo eso el empleador se lo ahorra.

       Finalmente está también, obviamente, el usuario: y entre estos, podremos también distinguir entre aquellos que no les queda más remedio que usar el metro (para trabajar, para llevar a los niños al colegio, para ir al médico...) de aquellos otros que lo utilizan esporádicamente, bien porque van de turismo, bien porque, acostumbrados a viajar en taxi, les resulta una experiencia exótica y les es de utilidad para, en las entrevistas que les hacen, poder darse un toque “proletario”.

       A partir de aquí, podemos aplicar un reparto de costes, en el que la parte del león la sufraguen propietarios y empresarios, y que el usuario por obligación pague (vía abono mensual) la menor parte posible... ¡Tal y cómo se viene haciendo en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao...!¿Verdad?

14 comentarios:

  1. Añadiría, que pagar una cantidad "impuesta" por visita médica, o por un fármaco, que no cubre el importe del servicio, es un "impuesto" como cualquier otro.
    Las cosas claras y aclarar las cosas no son la misma cosa. Las cosas claras es llamar impuesto a lo que es un impuesto y aclarar las cosas, es descubrir las mentiras y los engaños.

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    1. en muchos anuncios muchos de los pocos que existen... ahora mismo de ofertas de empleo se exige

      vehiculo propio ¡¡¡ a ver... xD cuanto me van a pagar para que yo pueda pagar la gasolina y el VEHICULO PROPIO ¡¡¡

      esquizofrenia en estado puro... o un nuevo nicho de mercado... que como buen capitalista valenciano... estoy madurando... :)

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  2. MANOLET EL TORRENTI

    No soy muy bueno expresandome en palabra escrita, pero como asiudo lector tuyo y del blog que mencionas (NEG), espero no tardes mucho en sacar la segunda parte de este articulo, me abres los ojos ante tanta publicacion economica, en la que entre graficos, indices, Q3, inflaciones, deflaciones, comoditis, fondos, preferentes, trading, "bancosmalos" y un sinfin de palabras mas , acaban por adormecerte y no plantearte muchas preguntas de las que planteas aqui.

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  3. ¡Hombre! algo de armamento lógico-económico entre tanta claudicación tontuna (gracias por los argumentos de beneficiarios principales del transporte público).
    Hablando de sugerencias, LOS SUELDOS, he leído en "Meneame" que España tiene uno de los mejores sueldos medios más altos de toda Europa y EEUU juntos, ¡dios mio si superamos a los finlandeses! La diferencia de ingresos entre los de arriba y los de abajo es una mezcla entre sideral y galáctica para poder distorsionar las medias de semejante manera.

    Ya sospechaba yo que cuando salían del país nuestros queridos dueños hacían el asno y se ríen de ellos en cuanto los ven.

    Saludos

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  5. Todo esto está muy bien, pero.......no sé, algo me chirría. Como soy el espíritu de la contradicción me da por pensar que, por ejemplo, lo que han de hacer los ceroeuristas es espabilarse de una vez y no quedarse a la sopa boba porque algún día Adolfo se excusará (y con razón) de asistir a la comida. Todos los días a Arzak es abusar y a partir de un determinado grado de fuerza coactiva del sistema, no estaríamos hablando de redistribución sinó de cosas más feas.
    El caso del metro es un rizo muy rizado, porque puestos a estirar el argumento, los primeros beneficiados del metro son los políticos que aprueban su construcción y corren presurosos a sacarse la foto de la inauguración para cobrarse el rédito electoral consiguiente. No nos podemos olvidar de las empresas que lo construyen, porque mientras dura la construcción pueden sacarse sus beneficios y hasta dar trabajo directo e indirecto. También está esa rara avis, aquel individuo/a que quiere ir desde donde está hasta su destino con la mayor eficacia y eficiencia posibles y no se plantea, mientras el convoy en el que viaja rueda presto a través del tunel, si sobre su cabeza se encuentran viejos o nuevos barrios con propietarios inquietos, deseosos de vender constantemente su propiedad, una y otra vez, en una movilidad enfermiza que tiene agotadas a las casas de mudanzas.
    Me parece a mí que beneficiados somos todos, puesto que a todos puede hacer beneficio la existencia de unos bien gestionados y racionalmente distribuidos transportes públicos, y no perderse haciendo listas de mayor a menor, porque las listas son como los entrenadores de futbol: cada español lleva una dentro. Porque al final podemos caer en el absurdo de que nadie quiera un piso junto a una estación de metro o una parada de autobus, sinó que cuanto más lejos e incomunicado mejor. Verdad que no tendría sentido. Pues lo otro tampoco.

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    1. Estimado Perez:
      ¡Puñeteros ceroeuristas!, pienso como usted, adictos a la comida gratis sin proteínas, todo grasas y encima gratis (¿Quién hostias es Adolfo?¡¡¿Hitler?!!! ese era un pringado comparado con lo que hay suelto por hay hoy en día) se encuentran en esa posición NO por que halla un pedazo de horror energético gestionado como Bankia (Por poner un ejemplo) sino por que se lo merecen por desgraciados.
      Si a mi también me chirría que todo el mundo se acuerde que sobran en este mundo los ceroeuristas mamones cuando no hace ni tres años les regalaban los créditos sin necesidad de demostrar nada, serán unos magníficos esclavos.
      Sisisisisisi los beneficios de los transportes públicos son de todos, osea que no son de nadie (perdón creo que me tengo que explicar, no todo van a ser Adolfos). El autor de este libelo de block tiene la extraña teoría de que el medio ambiente, la seguridad social y la enseñanza como son de todos pues no son de nadie, como por ejemplo unos presupuestos de inversión en infraestructuras que son de todos y claro, pobrecillos millones, alguien de buen corazón deberá ocuparse de ellos (si es que dicen ¡PAPA!¡PAPA! por que los que mandan en estas cosas son normalmente "tíos").
      La diferencia entre un político y un gran empresario es como la diferencia entre literatura sacra y literatura profana, como entre pornografía y erotismo, una cuestión meramente administrativa (una es para ricos y lo otro para pobres).
      Los desplazamientos realmente eficaces se hacen ANDANDO ó BICICLETA, ahora, requiere un gran sentido de la aventura y el riesgo por que las infraestructuras que tenían que estar disponibles para eso JAMÁS se hicieron, no daban juego a todos esos millones huérfanos.
      Espere unos pocos años y el concepto "incomunicación" adquirirá un sentido nuevo,infernal, como nadie puede ni pensar.

      PD:perdone pero he escrito con muy mala idea
      Saludos

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  6. Bueno, Enric, pero como aquí no pedimos comer en el Arzak sino poder operar de la cadera a nuestras abuelitas o poder llevar a los críos a colegios con calefacción, pues creo que el buen Adolfo se podía estirar un poco.
    Ya, el usuario algo debe pagar, pero no el coste del servicio... El que no sea consciente de la revalorización inmobiliaria que suponen las infraestructuras de transportes no significa que ésta no exista, sólo que no es evidente, pero siendo, que siendo es... ¡A sufragar el coste del servicio! ¡A tributaaaaaaaaaaar!

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  7. En ninguna parte el usuario sufraga el coste total del servicio del metro. En Barcelona, donde vivo, raspa el 50%. Otra cosa muy diferente es por qué el 100% es ese 100% y no está más optimizado con eficacia y eficiencia, pero eso da para tomos y tomos de comentarios. Y sí, las infraestructuras de transportes revalorizan, siempre que haya algo que revalorizar claro, y no pase como con ciertos trenes a ninguna parte, pensados con la política y no con el sentido común. Alguno ya se ha clausurado y hemos de ver como alguno más seguirá el mismo camino, mientras el corredor mediterráneo languidece y los fondos se van al AVE Zamora - Orense, pieza capital para el nuevo futuro económico del país.
    Lo de la cadera de la abuelita o la calefación de nuestros infantes va por barrios. Donde no fueron manirrotos hay caderas y hay calefacción. Pero claro, hay que pensar que si en 2006 la sanidad pública debía 6.000 millones y ahora debe 16.000 millones es que algo no se ha hecho bien, principalmente por el lado del gasto, o sea que no se podía gastar eso, o sea que este país no tenía la solvencia para hacerlo. Pero claro, ahora que teníamos lo que teníamos está mal visto decir que hay que devolver los juguetes. Cierto que se pueden devolver algunos y conservar otros en vez de disparar a bulto como hace el gobierno, pero que hay que devolver seguro.

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  8. Los servicios públicos del transporte como el metro, el autobús o las cercanías tienen además un efecto beneficioso, puesto que son más eficientes energéticamente, reducen la dependencia del petróleo y de las externalidades del vehículo privado (ocupación del espacio público, contaminación), y encima son el medio preferido de las clases medias y bajas.

    Al grito de "los pobres nos roban" los ideológos del neoliberalismo quieren presentar a los más débiles como los responsables de nuestro déficit. Hay que parar esto, si somos pobres (que lo somos, si hiciesemos una contabilidad como dios manda, incluyendo el déficit ecológico) hay que repartir muy bien la austeridad. Basta de que paguen siempre los mismos.

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  9. Yo personalmente pienso que a los usuarios del metro, el Adolfo ése, debería subvencionarles por lo menos el 90% del coste. No olvidemos que hacer una linea de metro es muchísimo más caro que hacer una línea de tranvía; este sobrecoste en las infrastructuras de transporte no se le puede repercutir al usuario de ninguna manera, ya que cuando se toma la decisión de desmantelar las líneas de tranvía que teníamos en este país, esa decisión se toma para favorecer al sector del transporte privado, y se construyen líneas de metro para no entorpecer la circulación en superficie. En cualquier caso habría que pasarle gran parte de la factura a las automobilísticas, a las petroleras y a los usuarios del coche (por proponer algunos Adolfos).
    Por otra parte hay que reconocer que, a parte de todo lo dicho, el transporte público tb resulta un gran beneficio para todos los habitantes de la ciudad, que gracias a éste respiran un aire sensiblemente mejor que el que habría en caso de que todo el transporte fuera individual.
    Además el transporte de tipo ferroviario es un gran estructurador del territorio, si se hubiera fomentado en detrimento de las autovías, hubiera sido muy complicado que se diera el boom inmobiliario que tanto mal nos ha hecho, por lo menos las promociones urbanísticas habrían sido más compactas y no se habría destruido tanto agro como se destruyó.
    Para acabar, decir que desde mi punto de vista, el fracaso del AVE es más una consecuencia de la falta de planificación del gobierno, no puede ser que se gasten miles y miles de millones en una red de transporte de altas prestaciones y al mismo tiempo se gasten miles y miles de millones en subvencionar a las alternativas; autovías en todos los rincones, aeropuertos en todas las provincias, vuelos subvencionados en decenas de aeropuertos.
    Si tenemos mejor capacidad para generar electricidad que para abastecernos de petroleo lo que no puede ser es que el Estado esté fomentando las alternativas que más perjudican nuestra balanza comercial, al tiempo que penaliza el tren convencional (cerrando líneas), el transporte urbano (subiendo las tarifas), y el AVE (integrando todos los costes en el billete).
    En este país hay mucho tontaco.

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  10. No volverse locos, la cuestión es el cambio de discurso de estos pseudopolíticos, avaros y chorizos disfrazados. Los servicios públicos lo son porque sin ellos el funcionamiento de la sociedad es un caos. Son de interés NACIONAL y prioridad número 1, es fundamental que los ciudadanos estén sanos, puedan recibir formación, cuenten con redes de transporte público y carreteras, etc., porque de lo contrario la sociedad NO FUNCIONARÁ, los ciudadanos no podrán contribuir al crecimiento del país, no podrán aportar su potencial. Por eso se pagan cotizaciones, IVA, IRPF, para sufragar los costes de los servicios públicos, y eso ha sido así toda la vida. Ahora bien, cuendo los ingresos decaen porque la actividad económica está hecha unos zorros, los políticos se inventan un nuevo discurso y dicen que la educación es gratis cuando TODOS contribuimos YA con ese IVA que pagamos constantemente, esos impuestos especiales de hidrocarburos, IRPF, sociedades, etc., pero como hay más de cinco millones de personas que ahora aportan mucho menos y además suponen un gasto las cuentas del Estado no salen.

    Conclusión: vamos directos a un país bananero sin servicios públicos, y a los que acudirán solo aquellos que los puedan pagar, y el resto a mamarla.

    Otra cosa distinta son las pensiones, no confunamos las cosas, por favor. ¿Inviables? Mentira, esa no es la cuestión. De nuevo nos la intentan calzar. Las pensiones son LA DEVOLUCIÓN DE LO APORTADO durante muchos años de cotización. El problema es que aportamos dinero cada mes y otros lo han fusilado y no pueden devolverlo, se inventan lo de la inviabilidad, yo lo llamo robo.

    Saludos

    Río de la Vida

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  11. El servicio público privatizado no exigiría sólo sufragar el 100% del coste sino que agregaría el margen...

    ATM, veo que vuelves al redil y sobre esto ya hemos discutido antes, ¿no? El concepto puede estar bien (llevo tiempo sin venir por aquí pero fíjate hasta donde he llegado ya), sin embargo parte de una asunción incorrecta: que el gestor de lo público toma decisiones eficientes en función de un criterio que maximiza el bien común lo cual, sabemos bien, que en la realidad no es así, ¿qué hacemos cuando nos equivocamos?

    En cualquier caso, sí parece que el discurso neoliberal hace aguas.. un artículo recomendable que ejemplifica la cuestión basada en "inquietantes" hechos reales:
    El chocolate espeso

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  12. Yo propondría también hablar de los recortes en investigación y desarrollo I+D y de la cultura, que hasta ahora, menos mal, están separadas de la sanidad (investigación biomédica) y se distinguen mas o menos bien la cultura y la educación.

    Por ejemplo la cultura puede generar más turismo,mejor imagen internacional, etc, así que por lo tanto yo si que la consideraría también un servicio público. ¿Habrá un ministerio de cultura-turismo? promoviendo los castelldefls ? y aquí tenemos otra idea...



    Hablar del concepto neoliberal que se tiene de un ministerio y sus fusiones...por ejemplo por las exigencias que tienen las tareas implicadas yo diría lo siguiente (muy superficialmente)

    Administraciones Públicas - Correcto y crítico
    Ciencia y tecnología - Correcto
    Economía - Correcto y crítico
    Interior - Correcto y crítico
    Presidencia del gobierno - No sé
    Agricultura, Pesca, Alimen- Correcto
    Cultura y deporte - Incorrecto son competencias muy distintas.
    Fomento - Correcto pero es solo de obra civil ??
    Justicia - Correcto y crítico, con una policia independient
    Sanidad y consumo - Correcto y crítico pero se sobreentiende consumo
    Asuntos exteriores - Correcto y cumple las funciones del rey.
    Defensa - Correcto.
    Hacienda - Vale si muy bien
    Medio Ambiente - Correcto
    Trabajo y asuntos sociales- Correcto, se elimina igualdad



    Y podemos hablar también de cual es la interacción ideal de unos con los otros, por ejemplo interior y sanidad. Otro. economía y exteriores.

    El deporte también evidentemente es fascinante hablar de ello y lo considero también un servicio público.

    Defensa esta bien que solo se limite a control de fronteras , politica exterior y catástrofes, lo veo fatal si incursionara en asuntos policiacos también se puede hablar de ella.

    Hay otras cosas más ambiguas también que están en juego y que yo no entiendo, por ejemplo la banca, ¿debe ser un servicio público la banca o no?, porque claro cierta responsabilidad pública si que tienen para conceder un crédito a las personas emprendedoras que generarán bienestar uno de la frutos de la educación.

    Y por último cosas que no son servicios públicos como la iglesia.

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